Tiene razón
El señor Landero tiene mucha razón en su artículo del pasado martes 14: la gramática amenaza seriamente a la literatura. Sólo que hay que añadir que la literatura tiene sus propios teóricos que la amenazan, la diseccionan y la destrozan tanto o más que los gramáticos. Ya hace años, Mario Vargas Llosa, en estas páginas, relataba sus preocupadas impresiones al respecto basándose en su experiencia docente en universidades internacionales. Al fin y al cabo, los llamados gramáticos, o lingüistas, utilizan textos diversos, literarios o no, para sus experimentos. Son los propios "literatos", que es lo más grave, los que, a través de las técnicas de crítica literaria, hacen imposible el acceso a la obra. Los teóricos de la literatura no son menos pedan-Pasa a la página siguiente
Viene de la página anterior
tes y seudocientíficos que los especialistas en lengua. Los críticos y sus métodos son los peores enemigos que tiene la literatura, y dominan de tal modo el panorama que la simple lectura de una obra literaria a nadie le sirve ya para disfrute y placer, como dice la LOGSE, pues está inevitablemente mediatizada por un millón de prejuicios establecidos por los gurús de varias generaciones, sin cuyas doctrinas seríamos incapaces, según parece, de disfrutar de la lectura ni de entender nada. Y mucho menos la lectura y comprensión de una obra le sirve a un alumno para aprobar la asignatura llamada literatura.
El estudio de la crítica, puesto que se ha convertido en una disciplina per se, no se limita a las grandes líneas en las que se basa: hay que remitirse a los críticos de los críticos, a los teóricos de los teóricos, hasta nuestros días, estableciendo así una carrera de erudición contrarreloj, en la que gana el que esté al día de las últimas opiniones, en algunos casos muy peregrinas. ¿Dónde queda la obra literaria en este largo proceso? Casi siempre, en un rumor, un objeto del que se habla de oídas, por referencias de referencias. Con suerte, los alumnos leen sinopsis elaboradas a tal fin en los libros de texto, resúmenes, prólogos y hasta ven películas basadas en obras literarias, siempre que sean atractivas. Nadie lee de verdad. Pero la culpa no es de la televisión, sino de los docentes y de los teóricos del sistema educativo. De los docentes, porque no hacen frente al sistema establecido, teniendo en sus manos y en sus aulas una autonomía envidiable, y de los políticos de la educación, porque se alejan de la realidad como suelen hacer en otras áreas de la vida.- . .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.