Afganistán acusa a la ONU y a India de falta de interés en resolver el secuestro del avión

El avión Airbus de la compañía Indian Airlines secuestrado el pasado viernes por islamistas radicales permanecía ayer sobre la pista del aeropuerto afgano de Kandahar con los motores encendidos para calentar a los 160 rehenes -entre ellos, cuatro españoles- que todavía permanecían a bordo, mientras el Gobierno de los talibán acusaba tanto a la ONU como a India de no poner todo de su parte para resolver la crisis; es decir, liberar al dirigente independentista cachemir Masud Azhar. "Si la ONU e India no actúan tendremos que dejar partir el avión", advirtió el régimen de Kabul.

La Organización de las Naciones Unidas envió ayer a Kandahar, localidad situada al sur de Afganistán, a su coordinador para asuntos humanitarios en ese país, Eric de Mul. De Mul contactó por radio con los secuestradores y les pidió un gesto "de buena voluntad"; éstos liberaron a un ciudadano indio enfermo de diabetes, quien, no obstante, no quiso ser repatriado a India debido a que su hermano permanecía en el interior del avión secuestrado.Sin embargo, ahí terminaron las conversaciones. Los secuestradores no cedían en su petición de libertad para Masud Azhar, encarcelado en India -de hecho, uno de los miembros del comando que tomó el avión es hermano de Azhar-, y el enviado de la ONU no podía hacer nada. Desde Nueva York, la ONU advirtió de que la misión de De Mul era humanitaria, ya que carece de mandato por parte de India para negociar y, además, el Gobierno de Nueva Delhi no reconoce al régimen afgano. El primer ministro indio, Atal Bahari Vajpayee, advirtió de que su país no atenderá las exigencias de los secuestradores. Tras el fracaso en su intento negociador la delegación de la ONU retornó a Pakistán, según informó el ministerio afgano de Exteriores.

Inflexibles

Éstos se han mostrado inflexibles a la hora de liberar a la viuda del pasajero que fue asesinado por no cumplir sus instrucciones el pasado viernes y que fue arrojado fuera del aparato durante la escala que éste realizó en los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un hombre de negocios de 25 años que iba acompañado por su esposa en viaje de novios. La petición había sido realizada por el Gobierno de los talibán. "No estamos aquí para liberar a una o dos personas", fue la seca contestación que, en urdu, dio uno de los secuestradores. "No vamos a liberar a nadie. Hemos secuestrado este avión para mostrar a otra gente en el mundo que también nosotros estamos sufriendo y que queremos que se preocupen por los niños y la gente que están siendo masacrados en Cachemira", añadió. Los secuestradores han advertido repetidamente de que están dispuestos a dinamitar el avión.

A medida que la oscuridad caía, los guardias talibán que se encontraban en el aeropuerto rodearon el aparato a una distancia prudencial y encendieron fogatas para resguardarse de la fría noche.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores paquistaní aseguró ayer que detrás del secuestro se encuentran "servicios de espionaje extranjeros". El ministro Abdul Sattar destacó que, en su opinión, hay elementos extraños en el desarrollo de los hechos, como el papel desempeñado por los trabajadores de Air India en el aeropuerto de Katmandú -donde embarcaron pasajeros y secuestradores que llevaban fusiles de asalto AK-47, pistolas automáticas, granadas de mano y cartuchos de dinamita-, el comportamiento del piloto y del mismo Gobierno indio, ya que el mismo día de su secuestro el avión aterrizó en territorio indio, pero no se hizo nada para inmovilizarlo en la pista.

Rusia ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para estudiar la crisis. España ha enviado a un diplomático a la zona para seguir de cerca las negociaciones.