El PP promete reformar la nueva norma en su programa electoral

Cuando Josep López de Lerma (CiU) comunicó a Francisco Álvarez Cascos, el martes por la tarde, que CC no apoyaría la contrarreforma de la nueva Ley de Extranjería en la votación decisiva, el vicepresidente primero le pidió unas horas para decidir cuál sería la posición del Gobierno. En otras ocasiones, al encontrarse en minoría, el PP se ha sumado al bando ganador para evitar la imagen de la derrota. Ayer, sin embargo, decidió asumirla sin complejos. Incluso con fruición."El Grupo Popular no está dispuesto a desdibujar su posición en aras de enmascarar un resultado adverso", afirmó su portavoz, Luis de Grandes, desde la tribuna. "Nuestro sentido de la responsabilidad nos lleva a preferir el sinsabor de un resultado adverso a la desfiguración de convicciones profundas", agregó.

El PP midió cuidadosamente las consecuencias de quedarse absolutamente solo en la defensa de las enmiendas del Senado, presentadas como una salvaguardia frente a la llegada masiva de inmigrantes, y estimó que los réditos serán mayores que el prejuicio.

Ni siquiera los nacionalistas catalanes, que pactaron con ellos en el Senado, o Unión Valencia, favorable al acuerdo, se mostraron dispuestos a acompañar a los populares en este viaje. Pero De Grandes aseguró que prefería este fracaso antes que "consentir que una norma de este jaez se incorpore al ordenamiento jurídico traumatizándolo abruptamente".

Desde su escaño, en silencio, le escuchaba Diego Jordano, representante de los populares en la ponencia que elaboró una norma "de este jaez", aprobada por el pleno del Congreso el pasado 25 de noviembre con los votos también del Grupo Popular.

De Grandes anunció solemnemente que la reforma de la ley "formará parte de nuestro compromiso de confianza con los electores en los comicios ya próximos". Es decir, como ratificó el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, figurará en el programa electoral del PP y será una de sus "prioridades" si gana las próximas elecciones.

El secretario general del Grupo Popular, Gabriel Cisneros, uno de los padres de la Constitución, fue aún más lejos al sugerir la posibilidad de recurrir la ley ante el Tribunal Constitucional. En declaraciones a Europa Press, dijo que "en una primera lectura" advierte "dos inconvenientes" y "reparos serios" a la constitucionalidad del nuevo texto legal: la omisión del principio de reciprocidad y la homologación de derechos entre españoles y extranjeros.