El "caso Ivex" está muerto y el PSPV ha "pinchado en hueso", según el PP

El caso Ivex revivió ayer en las Cortes durante el debate en pleno de los Presupuestos de la Generalitat para el año 2000, a pesar de que está "muerto", según el PP, que acusó a los socialistas de haber "entrado a matar" en este asunto, aunque han "pinchado en hueso". El debate presupuestario, que concluirá hoy con la aprobación del proyecto del Consell, abordó ayer las cuentas de cultura, sanidad, industria, empleo, agricultura y bienestar social.

De casta le viene al galgo. El diputado popular por Castellón José Luis Ramírez, hijo y hermano de torero, echó mano ayer de la terminología taurina durante su intervención en el pleno. Se debatía en torno a las enmiendas presentadas por los socialistas a las cuentas de la Consejería de Industria cuando el diputado castellonense se arrancó diciendo que en el caso Ivex la oposición "ha entrado a matar". Y añadió: "Pero no se han dado cuenta de que llevaban un estoque de plástico y que han pinchado en hueso". No quedaron ahí las referencias taurinas, ya que el portavoz del PP en materia de industria invitó a los socialistas a demostrar "vergüenza torera" y reconocer que el Consell "ha hecho lo que tenía que hacer: detectado un problema, lo ha puesto en manos de quien tiene que decidir", en alusión a la justicia. Después dijo que el caso Ivex "está muerto".El asunto surgió cuando el diputado socialista José Pérez Grau dijo que si el Ivex hubiera apoyado a las pequeñas y medianas empresas, el instituto "no estaría siendo mala noticia por destinar cantidades desmesuradas a apoyar a una multinacional que no lo necesita y poniendo en peligro la calificación que realizan las agencias" sobre la deuda de la Generalitat. Ramírez le contestó que "decir que la Generalitat no tiene que apoyar a las multinacionales significa un desconocimiento de la realidad de la Comunidad Valenciana", ya que, añadió, por cada empleo que generan las multinacionales, "se crean tres en pymes", que son proveedoras de aquellas.

En la jornada presupuestaria de ayer el Grupo Popular aceptó numerosas enmiendas de la oposición, pero sólo una, referida a las ayudas para las becas Erasmus, supuso modificación económica: 35 millones de pesetas.

En el debate sobre la sanidad los grupos de la oposición volvieron a acusar al Consell del PP de intentar "desmantelar" el sistema público para reducirlo a una "beneficencia", como dijo la diputada de Esquerra Unida Àngela Llinares, quien comentó con ironía que cuando plantean alguna cuestión, el Grupo Popular siempre dice que el Consell ya la tiene prevista. "Si presentáramos una enmienda pidiendo un centro de salud en la luna", dijo la diputada, el Consell "sería capaz de decir que ya lo tiene previsto". En su réplica, el popular Luis Concepción intentó seguir la línea irónica de Llinares, sin demasiado éxito, porque sonó de otra forma: "Si Esquerra Unida presentara esa enmienda pidiendo un centro de salud en la luna, se la aceptaríamos porque hay gente, entre otros ustedes, que políticamente está en la luna y en algún momento van a necesitar asistencia". La socialista María José Mendoza afirmó que con su "mala gestión" en sanidad el Consell "condiciona el futuro de los servicios y las garantías del sistema público". El diputado popular Antonio Clemente reconoció que en materia sanitaria el PP "está dando la nota", aunque precisó que ésta es "muy alta".