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Trinitat Nova exige a las administraciones que cumplan sus compromisos

Vecinos del barrio barcelonés de Trinitat Nova (Nou Barris) se manifestaron ayer en la Plaza de Sant Jaume para exigir a la Generalitat y al Ayuntamiento que cumplan sus compromisos respecto a la reforma urbanística del barrio, algo que llevan esperando desde hace casi una década. Los afectados, más de 800 familias, se quejan de la indefinición de las administraciones, a las que acusan de no poner fin al problema de sus viviendas, afectadas de aluminosis, además de no reunir las mínimas condiciones de habitabilidad. Muchas son de 35 metros y, además, están apuntaladas.

Después de nueve meses de una negociación en la que según la Asociación de Vecinos de Trinitat Nova se han ido sucediendo distintos interlocutores, que han impedido avanzar, la movilización de ayer pretende dar un toque de atención a las instituciones para que se avengan a contar con la opinión de los habitantes de un sector de Nou Barris en el que se construirán un total de 900 pisos en sustitución de los que el Patronato Municipal de la Vivienda levantó en 1959 afectados de aluminosis y de carbonatación.La entidad vecinal sostiene que ahora es el momento de acabar con los remiendos y de plantear globalmente el futuro urbanístico del barrio. Llevan tres años trabajando en ello y saben lo que quieren. "Podemos estar equivocados en algunas propuestas, pero por lo menos pedimos que nos escuchen", señala el presidente de la asociación, Diosdado Rebollo, quien acusa a las instituciones de incumplir el compromiso adquirido de que los vecinos iban a poder intervenir en todo el proceso.

La última gota que desbordó la paciencia de una asociación de vecinos que hasta ahora siempre apostó por el diálogo es la negativa a reunirse con ellos tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat, pese a que posteriormente trascendió que se habían celebrado encuentros a dos bandas sin avisarles.

Los manifestantes, unos 250, llevaron ayer silbatos y cazuelas que hicieron sonar en todo momento en la plaza de Sant Jaume. La protesta tuvo la forma de marcha, ya que los manifestantes utilizaron el flamante metro -la estación de Trinitat Nova se abrió hace poco más de un mes- para desplazarse a la plaza de Sant Jaume.

Allí, entre el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento, los vecinos insistieron en que no aceptarán que a sus viejos pisos les sustituyan "barracas verticales en serie y a bajo coste".

Para ellos, es importante una reforma global. Durante la marcha escenificaron su reivindicación portando una pancarta que exigía una reforma "Sos.tenible" del barrio para frenar su constante degradación.

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