"Es normal que en Madrid existan gustos sexuales distintos"

Alberto Ciáurriz nació en Pamplona hace 52 años. Después de estudiar Económicas y Empresariales, en 1996 se configura como uno de los más incansables luchadores para dignificar el movimiento gay a los ojos de la sociedad. Paralelamente, descubre que su futuro está en la escritura y comienza a corregir y editar los textos escritos por otros. Actualmente reside a caballo entre Pamplona y Madrid. Algo más reposado en su actividad reivindicativa, ha decidido abandonar el ostracismo de editores y correctores y, como el título de su libro, dar El gran salto a cara y firma descubierta. Decidió escribir porque le parecía que el mejor legado que podía dejar a su pareja eran sus sentimientos en tinta. Con este segundo libro ha conseguido el primer premio del Certamen Nacional Odisea de Escritura Gay. En él pretende mostrar una relación homosexual que nació entre dos muchachos con 16 años de edad, los reparos de una sociedad falta de cultura que se puede llegar a percibir en la vida de una gran ciudad. A pesar del premio recibido, considera que sus libros los pueden leer todo el mundos: gays, lesbianas o heterosexuales.Pregunta. ¿No cree que el término "escritura gay" queda algo encerrado, exclusivo de un colectivo en especial ?

Respuesta. Es un error. Precisamente el colectivo gay necesita que la sociedad lo perciba como otro movimiento social con unos valores y derechos, como otros tantos colectivos que existen.

P. En su literatura se refleja sólo el mundo gay. ¿Cómo dice que sus libros los puede leer cualquiera?

R. Yo creo que cuento las cosas que pueden pasar a cualquier persona, en cualquier situación durante un día normal. Me considero un escritor realista y urbano.

P. ¿Qué quiere transmitir con El gran salto?

R. Dar un mensaje de lo normal que es en una sociedad avanzada, como la madrileña, la existencia de gustos sexuales diferentes. Eso es normalización, y así debería verlo la sociedad.

P. Sin embargo, parte de la sociedad identifica la escritura gay con lo morboso.

R. Creo que es un error sólo atribuible a los que encasillan el movimiento gay, en general, con el sexo. Pero puedo decir que en El gran salto hay menos palabras obscenas y escenas eróticas que en cualquier otro libro de los denominados progres.

P. ¿De qué salud goza hoy la literatura gay?

R. Tengo constancia de que es muy buena. Cada vez hay más gente que quiere expresar sus sentimientos y dejarlos plasmados en alguna obra, pero también sé que hay muchas obras escritas que sus autores no se atreven a sacar.

P. ¿Qué papel cree que deben desempeñar las asociaciones del movimiento gay?

R. Uno de apoyo a los que sufren sintiéndose diferentes y otro, más importante si cabe, en la prevención del sida.