Teléfono gratis en Italia para el que acepte la audición de "spots"
La publicidad ha alargado sus tentáculos hasta el hilo telefónico. Llamar por teléfono, una actividad considerada normalmente privada entre dos personas, pasa a convertirse en territorio de colonización para el libre mercado. Desde ayer, Italia, uno de los países de Occidente más aficionados a la comunicación telefónica, ha dado vía libre a la posibilidad de que una serie de patrocinadores costeen las llamadas de los ciudadanos que así lo deseen.El invento en cuestión, gestionado por la empresa GratisTel, es sueco, y sus creadores están seguros de que la puesta en marcha de este sistema en Italia marcará el despegue definitivo en toda Europa de las llamadas telefónicas interrumpidas con anuncios publicitarios pero costeadas en su totalidad por los anunciantes.
De momento, el experimento parte de la provincia de Milán y sólo podrá practicarse entre teléfonos fijos, aunque todo apunta a que en el 2000 se ampliará a los teléfonos móviles, después de haberse extendido a todas las áreas del país.
50.000 abonados
La filosofía de las llamadas interrumpidas con anuncios publicitarios es muy simple. Para los abonados a GratisTel bastará marcar un número de código, seguido de una clave personal para iniciar una llamada telefónica en la que cada dos minutos las voces de los conferenciantes será interrumpida por un anuncio de 10 segundos. El tiempo gratis que ofrece la compañía se limita a 10 minutos de conversación al día con una reducción de la factura telefónica de unas 20.000 pesetas al bimestre, según los cálculos hechos por la propia empresa.
El enganche a GratisTel presenta, sin embargo, algunos inconvenientes. El más importante de ellos es que la inscripción consta de 12 folios y en ella el aspirante a llamar gratis debe "desnudarse" al menos intelectualmente hasta extremos nunca vistos. ¿Qué otra cosa sino un streep-tease completo es un formulario en el que se pregunta al futuro cliente una lista de cuestiones como la siguiente?: si tiene hijos, si reside en una casa propia, si tiene perro o gato, si le gusta navegar o jugar al tenis, si es aficionado al teatro o al cine o va a la discoteca, cúantos coches tiene, cuántas cartas de crédito usa, dónde pasa las vacaciones, qué libros lee, cuáles son sus platos preferidos, y un largo etcétera de preguntas destinadas a determinar la clase de anuncios que conviene más al perfil del cliente.
A muchos, el precio que deberá pagar por las llamadas gratis les parecerá infinitamente más caro que el que abona mediante el sistema habitual, pero, de momento, GratisTel se frota las manos: ya son casi 50.000 los abonados que tiene en cartera para disfrutar de este novedoso sistema.
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