Las tropas rusas conquistan el suburbio sur de Grozni y prosiguen su ataque

Los rusos obtuvieron otro triunfo importante ayer en Chechenia al conquistar Chernorieche (Río Negro), el suburbio sur de Grozni. Esta nueva victoria se enmarca en los planes del general Vladímir Shámanov, comandante del frente oeste, quien anunció que esperaba tomar la capital chechena antes de fin de año. La aviación y la artillería rusas continuaron bombardeando intensamente las posiciones rebeldes. Éstos reconocieron haber perdido el control del estratégico desfiladero del río Argún, que conduce a Georgia y que representaba la única vía para recibir refuerzos del extranjero o huir de Rusia.

Los guerrilleros, a pesar de los reveses sufridos, afirman que en los últimos tres días causaron grandes bajas a los rusos: 570 hombres y 41 blindados sólo en los combates por Grozni. Las mayores bajas corresponden a la noche del miércoles al jueves, cuando los independentistas aniquilaron una columna de tanques, matando a más de 100 soldados. Aunque las informaciones sobre lo sucedido esa noche en las cercanías de la plaza de Minutka son contradictorias, no cabe duda de que el combate tuvo lugar.Lo que no se sabe es si se trataba de una columna de blindados que estaba realizando una exploración o si simplemente, como dicen algunos medios de difusión, estaba perdida y por equivocación llegó hasta el centro de Grozni. El mando checheno asegura que el total de bajas que han tenido las fuerzas federales en el citado periodo es de un millar (las de Grozni más las sufridas en los otros enfrentamientos ocurridos en la república).Los rusos lanzaron ayer intensos ataques aéreos y artilleros contra las posiciones chechenas, pero se abstuvieron de realizar operaciones de envergadura con sus tropas. Incluso la toma de Chernorieche ocurrió sólo después de que comprobaron, enviando una delegación del consejo de ancianos de Urús Martán, que en ese suburbio de Grozni ya no quedaban guerrilleros. El Kremlin no quería arriesgarse, a un día de las elecciones legislativas, a sufrir un nuevo desastre como el ocurrido con la columna de tanques esta semana.

Pero si en las próximas horas se lanza un asalto a Grozni y fracasa, las consecuencias podrían ser desastrosas para el Kremlin. Las autoridades rusas no sólo quieren hacer creer a la población que las bajas sufridas por las fuerzas federales son pocas -533 soldados muertos desde agosto; es decir, incluyendo los combates en Daguestán contra los extremistas islámicos-, sino también que las víctimas civiles son mínimas. Putin declaró a una radio local que "las víctimas entre la población civil pueden ser contadas con los dedos" y que las afirmaciones en sentido contrario no son más que "propaganda y mentiras". Al mismo tiempo, los generales aseguran haber matado a unos 7.000 guerrilleros, lo que significa que Rusia tiene un nuevo tipo de armamentos extremadamente precisos y selectivos: bombas y proyectiles de artillería que distinguen entre un guerrillero y un civil, y que siempre dan contra el primero.

Mientras tanto, en Ingushetia, adonde han huido de la guerra chechena más de 200.000 civiles, los rusos están presionando a miles de personas para que abandonen los campos de refugiados y regresen a sus hogares en la república rebelde. La organización de defensa de derechos humanos Human Rights Watch denunció ayer que ya son miles los chechenos que han sido borrados de las listas para recibir alimentos diarios con el fin de hacer que vuelvan a sus pueblos.

"Repatriar por la fuerza a la gente a una zona de guerra es una seria violación de sus derechos", declaró ayer Holly Carter, directora del departamento para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. El problema es que muchos chechenos no desean regresar por miedo a los bombardeos y a la posible mala conducta de los soldados. Los rusos han hecho una lista de 24 pueblos chechenos bajo su control que consideran seguros para el regreso de refugiados. Sin embargo, esos pueblos no pueden ser visitados libremente.

[Por otra parte, esta madrugada la agencia Itar-Tass distribuyó un despacho en el que el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Anatoly Kvashin, aseguraba que militares de Moscú se habían reunido con representantes del líder independentista checheno, Aslán Masjadov, sin resultados por el momento, informa Reuters].