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La ONU ofrece a Sadam Husein suspender las sanciones si regresan los inspectores

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución que exige la reanudación de la inspección internacional del armamento iraquí y ofrece a cambio suspender, por periodos renovables de tres meses, las sanciones que pesan sobre ese país desde hace una década. La votación estuvo lejos de ser unánime y reveló las diferencias que en el contencioso iraquí separan a Washington y Londres de los otros tres miembros permanentes.

Francia, Rusia y China, más Malaisia, se abstuvieron de votar la resolución, que había sido propuesta por los anglosajones. La abstención de 4 de los 15 países que ayer se sentaron en el Consejo fue considerada en Naciones Unidas un fracaso diplomático para Washington y Londres. Los anglosajones querían enviar a Sadam Husein el mensaje de que la comunidad internacional está unida en la exigencia de reanudar el control del armamento iraquí, casi un año después de que los inspectores abandonaran Irak, se produjera el último ataque militar norteamericano contra ese país y estallara un escándalo al saberse que el espionaje de EEUU había usado el trabajo de esos inspectores en provecho propio. A Bagdad se le ofrece una suspensión temporal de las sanciones económicas, según la resolución aprobada ayer por 11 votos a favor y 4 significativas abstenciones.

Pero la exigencia de que la ONU vuelva a enviar a los inspectores que lleva aparejada la resolución es considerada poco realista por París, Moscú y Pekín. Estas tres potencias prefieren encaminarse más abiertamente hacia el final completo y definitivo de las sanciones. Y consideran que Irak ofrece ya poco peligro militar. Bagdad ya había anticipado el movimiento de ayer del Consejo y anunciado que no piensa aplicar la resolución, que considera una nueva muestra de la imposición de los criterios norteamericanos al Consejo de Seguridad. El Parlamento iraquí confirmó anoche que rechaza la resolución, según informó Reuters.

Irak pide el levantamiento total de las sanciones, no una suspensión temporal, y proclama que jamás volverá a autorizar la presencia en su suelo de los inspectores de la ONU, que considera "espías" de EEUU. Las sanciones fueron impuestas a Irak tras su invasión de Kuwait en 1990, que provocó la guerra del Golfo. Y, según su letra, sólo pueden ser anuladas cuando los inspectores de la ONU certifiquen que el país gobernado por Sadam Husein no posee armas químicas, biológicas o nucleares, ni misiles de largo alcance.

La resolución aprobada ayer en el Consejo de Seguridad crea un nuevo organismo de control llamado Comisión de Inspección, Verificación y Seguimiento de Naciones Unidas, UNMOVIC en sus siglas inglesas. Ese organismo debería reanudar las inspecciones sobre el terreno canceladas poco antes del último masivo bombardeo norteamericano y británico de Irak. La Agencia Internacional de Energía Atómica sigue encargada de vigilar un posible programa iraquí de construcción de armas nucleares. Las sanciones serían suspendidas por periodos renovables de 120 días, siempre y cuando los inspectores de UNMOVIC informaran de que Irak coopera completamente con su trabajo y no pone la menor pega a que se garantice su desarme.

La resolución pretende mejorar la catástrofe humana que sufre Irak anulando el techo de 5.260 millones de dólares de petróleo que ese país puede vender cada seis meses para conseguir alimentos. Rusia y China no quisieron ayer vetar la resolución anglosajona para no crear un nuevo conflicto diplomático con EEUU.

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