Fin de la batalla
Los resultados electorales no dejan espacio a la duda: buena parte del país comparte el proyecto oficial. (...) Se transmitieron mensajes hasta cierto punto alentadores sobre el crecimiento de una nueva oposición. (...) Poco duró la alegría: sobre la ola de esa esperanza se montaron viejas aspiraciones y (...) alcaldes que pensaron en canalizar para sí esa "masa opositora" que les llegaba tan a la mano. (...) Lo que el Presidente necesitaba era un opositor y mientras más dimensión y presencia tuviera mejor para él. Su campaña, debido a su estilo personal, exigía enemigos de consideración y no los tenía al comienzo. Luego les llegaron en bandeja de plata. A partir de allí estructuró su discurso electoral, que fue in crescendo en la misma proporción en que se le rebatía. Las encuestas confirmaron inmediatamente que el Presidente había enfocado su estrategia en el sentido correcto. Lo que la oposición no debería haber hecho jamás era retar el liderazgo político del Presidente (el único con presencia real en el país) y salir a combatirlo sin contar en sus filas con voces de alcance y dimensión parecidos.(...) Los venezolanos tenemos que aceptar la necesidad del diálogo (...) del esfuerzo conjunto si queremos salir adelante. En este momento ello no parece posible: (...) las pasiones privan sobre cualquier razón. Pero si realmente queremos a Venezuela tenemos que comenzar a pensar en la manera de convivir y de aceptar al otro que piensa diferente a nosotros. Y este consejo vale tanto para el Gobierno como para la oposición. (...) Ojalá restablezcamos el diálogo sereno.
16 de diciembre
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.