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Los países del nuevo G-20 estudian fórmulas para evitar crisis financieras

Pilar Bonet

Altos funcionarios de países industrializados y emergentes acordaron ayer en Berlín adoptar mecanismos para incrementar la estabilidad ante las crisis financieras. Este consenso fue el logro más destacado de la primera cumbre del G-20, el nuevo foro informal de diálogo entre países industrializados, líderes económicos regionales e instituciones internacionales, que concluyó ayer. De forma no oficial, también se abordó el relevo en la presidencia del FMI.

El foro, una iniciativa surgida en junio de la cumbre del G-8 en Colonia (los siete países más industrializados y Rusia), reunió durante dos días a representantes de 19 países además de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).El ministro de Hacienda de Canadá, Paul Martin, que presidió el encuentro, manifestó que el mundo ha hecho "progresos extraordinarios" hacia el acercamiento de posiciones para reducir las vulnerabilidades. Por su parte, el gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, llegó a hablar de "consenso mundial", como un fenómeno radicalmente distinto, según dijo, a la época en que existían voces "del este, del oeste, del norte y del sur".

Los ministros y altos funcionarios aprobaron un temario concreto para reducir la vulnerabilidad. Dentro de este temario, examinarán el cumplimiento de las reglas y normas internacionales sobre transparencia y política financiera. Asimismo, impulsarán la redacción de informes de transparencia y análisis de la estabilidad del sistema financiero que correrán a cargo del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. También examinarán los distintos regímenes de cambio y su papel para amortiguar el impacto de las crisis financieras internacionales.

Candidato alemán

La reunión del G-20 no trató oficialmente la sucesión del presidente del FMI, Michel Camdessus, pero la candidatura del alemán Caio Koch-Weser, secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas, fue un tema de pasillos, según reconoció el ministro de Hacienda germano, Hans Eichel. Fuentes alemanas aseguraron ayer a la agencia France Presse que habían encontrado un fuerte apoyo entre los asistentes al encuentro para que Koch-Weser dirija el Fondo Monetario Internacional.

Koch-Weser, por su parte, aprovechó el foro de Berlín para cultivar sus relaciones públicas con el representativo grupo de países participantes, entre los que se cuentan Argentina, Australia, Brasil, China, India, Suráfrica, Turquía y Corea.

El alto funcionario, que no quiso pronunciarse sobre sus ambiciones de futuro, siguió la conferencia de prensa final de la cumbre desde un lugar bien visible de la sala.

La cumbre también debatió el papel del FMI. A juzgar por sus comentarios, el ministro alemán Eichel parece discrepar de los puntos de vista del secretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers, quien ha propuesto disminuir el papel del Fondo para dejar que el sector privado tenga un mayor papel en la ayuda a los países pobres.

El ministro de Hacienda alemán mostró dudas sobre la posibilidad de que, "en caso de crisis, el FMI pueda retirarse tanto". Eichel se mostró de acuerdo en impulsar al sector privado, pero dijo ser partidario de analizar si el Fondo Monetario debe involucrarse más.

El ministro canadiense consideró que la primera cumbre del G-20 supone un paso importante en los esfuerzos por reformar el sistema financiero internacional, impulsar el crecimiento en la economía global y hacer que ese crecimientos sea compartido.

Los resultados del trabajo desarrollado durante los dos días en la reunión de Berlín se examinarán en la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en Canadá el próximo otoño.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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