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Queremos hablar de La Prospe, una escuela popular que lleva 26 años realizando una labor social y educativa en el barrio de la Prosperidad. Su labor está en peligro: el Arzobispado de Madrid reclama su local (General Zabala, 10 bis), y nuestro alcalde, que se diría que se quiere ganar el cielo a costa de los y las demás, se ha hecho cómplice de esta maniobra. Ante esta situación, varios vecinos y vecinas del barrio nos hacemos algunas preguntas:1.¿De qué sirve reconocer el derecho de asociación (artículo 22, título I de la Constitución) si después se arrebatan los medios y recursos para llevarla a cabo?
2.¿Con qué derecho se quita al barrio un espacio social abierto y autogestionado por los vecinos y vecinas desde hace muchos años? ¿Significa esto que no tenemos derecho a organizarnos de manera independiente, que no hay espacios sociales para la gente?
3.¿Cómo es posible que un Estado aconfesional como el nuestro colme de favores, privilegios y subvenciones a una muy enriquecida Iglesia mientras asfixia, por activa o por pasiva, los movimientos cívicos y sociales? ¿Cómo es posible que el Estado subvencione colegios privados del Opus Dei y se dedique a perseguir a las escuelas populares?
4.¿Cómo se explica que las autoridades se lamenten cada vez que se producen agresiones racistas y sexistas y mientras quieran acabar de un porrazo con una reconocida experiencia educativa como La Prospe, lugar de encuentro y convivencia de inmigrantes y mujeres del barrio?
5.¿En nombre de qué intereses pretenden el Arzobispado y el Ayuntamiento de Madrid acabar con la escuela? ¿Tendrá esta maniobra algo que ver con los acuerdos de permuta de terrenos entre Arzobispado y Ayuntamiento, o con las operaciones inmobiliarias y especulativas del Arzobispado. (Véase el litigio con los vecinos de Lavapiés por el solar contiguo a San Francisco el Grande, o las operaciones bursátiles de la sociedad Umasges, dependiente de la mutua de seguros UMAS, de la cual es presidente el arzobispo)?
Los vecinos y vecinas de La Prospe no queremos tutelas ni limosnas, sino que dejen en paz lo que, por derecho de uso social, pertenece al barrio: la escuela popular La Prospe.- . .
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