Los liberales de Yábloko logran sobrevivir
Sólo el partido de Yavlinski junto a los comunistas, permanece en el cambiante mapa político ruso
El partido democrático que tiene mejores pespectivas en las elecciones parlamentarias que se celebran en Rusia este domingo es Yábloko, liderado por el economista Grigori Yavlinski. Las encuestas lo sitúan en cuarto lugar, detrás de los comunistas, Unidad y Patria-Toda Rusia. La principal novedad de Yábloko en esta campaña es que fichó como número dos de su lista al ex primer ministro Serguéi Stepashin.Yábloko ha sido en los últimos años el único partido opositor consecuente. Esto no es una exageración, ya que todas las demás fuerzas terminaban apoyando, por ejemplo, la ley de presupuestos, incluidos los comunistas. Sólo Yábloko ha votado en contra año tras año. Ahora el partido de Yavlinski es el único que tiene una posición algo diferente al Gobierno sobre Chechenia y que ha pedido una tregua de un mes para comenzar negociaciones. Verdad es que las condiciones que proponía para cesar el conflicto eran prácticamente incumplibles, pero al menos es la única fuerza que se ha pronunciado contra la guerra.
Stepashin, que se ha unido a Yábloko pero que no es miembro de ese partido, tiene una posición diferente: apoya las acciones del Gobierno en Chechenia. Y no lo hace por razones coyunturales, con el fin de ganar votos, sino por convicción. Stepashin fue uno de los impulsores de la primera guerra, en 1994, cuando era director del Servicio Federal de Seguridad (SFS), el principal heredero del temible KGB. Y fue Stepashin quien, siendo primer ministro, propuso intervenir en la república rebelde para crear una zona de seguridad en el territorio checheno que impidiera incursiones separatistas a las regiones vecinas.
Yábloko es la única fuerza política reformista democrática que posee electorado estable y que, por lo mismo, tiene asegurada su representación en la Duma Estatal: por mucha popularidad que adquieran otros movimientos nuevos, su lista obtendrá, sin lugar a dudas, más del 5%, la barrera mínima para ganar escaños entre la mitad que se elige por sistema proporcional. En realidad, en Rusia hay sólo dos partidos clásicos: el comunista y Yábloko.
Las otras fuerzas son movimientos difusos que agrupan a miniorganizaciones sin arraigo en las regiones y que pueden desaparecer de la misma manera vertiginosa con que nacieron. Rusia Democrática, que llevó a la victoria al presidente Borís Yeltsin en 1991, y Opción Democráctica de Rusia, liderada por el ex primer ministro Yegor Gaidar, son hoy organizaciones pigmeas, que no lograron superar el 5% en las elecciones de 1995 y que ahora ni siquiera se presentan solas. En estos comicios pueden fallar Nuestra Casa es Rusia, del ex jefe de Gobierno Víktor Chernomirdin, e incluso el Partido Liberal Democrática, del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, vencedor de las primeras legislativas postsoviéticas.
Definir a Yábloko no es fácil: liberal, socialdemócrata o centrista. Prooccidental, es un claro partidario de las reformas económicas, pero no al estilo salvaje que han utilizado los llamados jóvenes reformistas como Gaidar o el ex viceprimer ministro Anatoli Chubáis.
Precisamente este último es el ideólogo de la Unión de Fuerzas de Derecha (UFD), que agrupa a los grupos del ex primer ministro Serguéi Kiriyenko, el ex vicejefe de Gobierno Borís Nemtsov y la ex ministra y diputada Irina Hakamada. Cuando la UFD se formó tenía muy pocas posibilidades de obtener más del 5% de los votos, pero la táctica de Chubáis, que ha adoptado una posición progubernamental, sobre todo en lo que respecta a la guerra de Chechenia, lo que significa de apoyo al actual primer ministro Vladímir Putin, ha mejorado sustancialmente las posibilidades electorales del bloque derechista. En las últimas encuestas figura con más del 6% y algunos piensan que el domingo podría llegar a obtener el 8% de los votos. Chubáis es famoso por la habilidad que posee para organizar las campañas. Baste decir que fue la principal figura del equipo de Yeltsin en 1996, cuando logró pasar del 4% de la intención de voto a obtener más del 35% en la primera ronda. La coalición lograda por Chubáis, además de unir a las organizaciones de los tres dirigentes citados, incluye también a Opción Democrática de Rusia y a Rusia Democrática. Es decir, a prácticamente toda la derecha, excepto Nuestra Casa es Rusia. Aunque el domingo se celebran legislativas, todos ya tienen puestos los ojos en las presidenciales. La UFD está dispuesta a apoyar a Putin para reemplazar a Yeltsin en la primera ronda, el 4 de junio. Yábloko, en cambio, presentará a su líder con la esperanza de que salga tercero y pueda vender caro su apoyo a Putin en la segunda.
[Ayer se produjo un intento fallido de asesinato contra Víktor Iliujin, diputado comunista y presidente de la comisión de Seguridad de la Duma. Fue "un atentado de carácter político", dijo anoche su secretario de prensa, Alexandr Volkov, informa EFE].
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