Rabanera deberá negociar con la oposición las inversiones que incluirá en la prórroga de los presupuestos alaveses

Las negociaciones presupuestarias no han terminado en Álava con el rechazo anticipado de la oposición al proyecto presentado por la Diputación (la retirada se formalizó ayer) y la consiguiente prórroga del presupuesto foral para el año próximo. El Partido Popular aún tendrá que negociar con los otros principales partidos de las Juntas Generales, PNV o PSE, qué partidas introduce en la norma que regirá las líneas maestras de las inversiones para el año entrante. En esa ley foral deben incluirse unos cuantos asuntos pendientes.El más polémico se refiere a los incentivos a la inversión que, pese a estar anulados por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, las tres diputaciones mantienen en vigor mientras esperan a que el Gobierno central retire los recursos a ésa y otras normas. A este respecto, y tras las declaraciones del presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, el diputado general de Álava, Ramón Rabanera, siguió apostando ayer por que el Estado abandone la vía judicial y aclaró: "La responsabilidad será de quienes decidan romper las negociaciones".

El equipo de gobierno de Rabanera había mantenido esta medida -el crédito fiscal del 45% a inversiones superiores a 2.500 milloness- en el proyecto de presupuestos para mantener la unidad de acción con las otras diputaciones. Ahora, en la prórroga, también quiere conservarla a pesar de que en el fondo el PP no la comparte.

En este aspecto chocará con la oposición de los socialistas, que desde un principio se negaban a aceptar un presupuesto que mantenga los créditos fiscales. El PNV defiende la postura contraria. El problema para el PP es tener que elegir entre uno u otro partido, dado que seguramente alguno de ellos pedirá negociar en exclusiva, sin que el Gobierno foral puedan incluir peticiones de uno u otro indistintamente a cambio de su apoyo.

Además de los incentivos fiscales, la Diputación tratará de aprobar partidas significativas en la prórroga, como los 80 millones para adjudicar la redacción del proyecto de la Éibar-Vitoria. También propondrá invertir 436 millones en mejoras de carreteras y otros 358 millones para regadíos, entre otras partidas.

Al margen de esas inversiones, hay otras cuya ejecución no corre peligro porque ya están comprometidas mediante créditos anteriores. Ocurre así con obras como el Museo de Arte Contemporáneo de Vitoria o la remodelación de la Catedral Vieja. En cualquier caso, la prórroga de los presupuestos supondrá para la Diputación un menor gasto global del que en principio tenía programado.