El 81% de las denuncias por maltrato no tiene efectos sobre el agresor
El 81% de las denuncias que realizan las mujeres por malos tratos no tienen ningún efecto sobre el agresor. Esta es una de las conclusiones que se obtiene del informe realizado por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) sobre las personas atendidas en los centros de la Junta, que ayer fue dado a conocer por su directora, Carmen Olmedo. El consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, indicó que la tipificación de los delitos que se realiza en los tribunales no está "a la altura de las circunstancias" de los hechos que se denuncian. Después de recibir una bofetada física, la mujer "recibe otra jurídica", dijo el consejero.
Carmen Olmedo lamentó que más de la mitad de las 192 mujeres que han ingresado este año en centros de acogida andaluces hayan sido derivadas a ellos por las Fuerzas de Seguridad. "En vez de ir a por el delincuente se llevan a la mujer", dijo sorprendida. "Cada vez las Fuerzas de Seguridad están más sensibilizadas, pero no sé si ésta es la forma de resolver las situaciones".El Instituto Andaluz de la Mujer ha realizado una encuesta entre 769 mujeres que han padecido malos tratos entre 1995 y 1998 en la que se refleja que el 64% de los agresores fue víctima o testigo de malos tratos en su familia en su infancia. Este hecho debería llevar, en opinión de Carmen Olmedo, a que sectores sociales que piensan que éste es un problema privado o de escasa incidencia se den cuenta de que los hijos de lo agresores pueden trasladar el mismo conflicto al futuro copiando comportamientos.
El 70% de los hijos de mujeres que han padecido la violencia doméstica también ha sufrido agresiones. En un 2,5% de estos casos ha sido de origen sexual por parte de su padre, según refleja el estudio. Los niños que ven como su padre agrede a su madre padecen también las consecuencias, ya que un 41% de los que llegan a ser atendidos por la Junta presenta retraso escolar y un 34% sufre transtornos psicológicos que los especialistas califican de graves. Con los hijos de agresores, dijo Carmen Olmedo, hay que hacer una ingente labor para tratar de evitar secuelas.
La encuesta, que todavía no se ha publicado, ofrece el retrato robot de la mujer que acude a un centro de acogida andaluz. Se trata de una mujer de 32 años, con dos hijos (sólo el 11% llega sola), que lleva padeciendo malos tratos desde hace siete años y que comenzó a recibirlos cuando apenas tenía 20.
Las mujeres maltratadas cada vez están menos dispuestas a regresar con sus agresores después de haber pasado por un centro de acogida, según se desprende del informe del IAM. Hace sólo cinco años volvía con sus parejas el 40% de ellas, mientras que ahora sólo lo hace un 16%.
Olmedo destacó que después de estar en un centro de acogida, el 15% de las mujeres consigue recuperar su vivienda y vuelve a ella sin que esté ya el agresor. Sin embargo, la mayoría (34%) tiene que cambiar de domicilio y el 20% recurre a los pisos tutelados para evitar la vuelta al hogar.
Gaspar Zarrías se mostró convencido de que está descendiendo el número de agresiones domésticas hacia la mujer, aunque suben las denuncias por la mayor conciencia que tiene la maltratada de que no está obligada a soportar esta situación. No obstante, aseguró que el problema sigue siendo "muy grave", por lo que abogó por conseguir que cale la idea de que éste es un problema del conjunto de la sociedad y por favorecer mecanismos que consigan que las agredidas puedan iniciar una nueva vida.
El consejero destacó que en dos años se han duplicado en Andalucía el número de casas de acogida, pasando de 207 plazas a 409 en las ocho provincias. Se trata de una inversión, dijo, que demanda la sociedad.
Zarrías y Olmedo visitaron ayer precisamente el nuevo centro de acogida de Jaén capital, que cuenta con 32 plazas. También se ofrece con las nuevas instalaciones un lugar adecuado para las mujeres que huyen de los malos tratos.
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