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LA NIEBLA CIEGA BARAJAS

Barajas se estrella contra la niebla y obliga a cancelar 159 vuelos

Vicente G. Olaya

La niebla envolvió ayer Barajas por la mañana y el caos se apoderó del aeropuerto todo el día. Un fallo de 7.15 a 8.00 en el sistema ILS (Instrumental Landing System), que ayuda a aterrizar a los aviones cuando hay niebla, complicó aún más las cosas.El desbarajuste en el aeropuerto dejó en tierra a cerca de 20.000 personas que tenían billete comprado para viajar en 159 aviones (71 tenían que aterrizar en Barajas y 88 despegar de Madrid), cuyas operaciones tuvieron que ser canceladas. El Centro de Prensa dio la siguiente explicación: "Las operaciones de entrada canceladas lo fueron porque o bien el avión o bien su tripulación no estaban habilitadas para operar en las condiciones de niebla". Otros tantos vuelos sufrieron demoras de varias horas. En total, 40.000 personas sufrieron la niebla en Barajas.

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El Centro de Prensa que AENA ha contratado para informar sobre la situación en Barajas destacó ayer en sus notas oficiales la "normalidad" con que operaba el aeropuerto, olvidando hasta las 20.00 cualquier información sobre vuelos anulados.

En el comunicado de las 20.00, AENA informaba de que hasta las siete de la tarde se habían cancelado 55 operaciones. A las 22.00, un portavoz del Centro de Prensa explicó a este periódico que los vuelos anulados eran 159.

El fallo en el sistema de ayuda al aterrizaje en condiciones de niebla, ILS, de la pista 33, detectado entre las 7.15 y las 8.00, repercutió pronto en las operaciones. De hecho, los retrasos, tanto en salidas como en llegadas, se contaban ya al mediodía por horas. Una notificación del aeropuerto enviada a Eurocontrol, el centro europeo que regula los vuelos, reconocía a las 8.21 más de 120 minutos de retraso medio. La situación se fue agravando con el paso de las horas.

Por los altavoces del aeropuerto sólo las compañías daban alguna información de lo que ocurría. El aeródromo no insertó ni un solo mensaje aclaratorio.

Iberia afirma que Barajas no aceptó aterrizajes ni despegues durante "largos periodos de tiempo"

A las doce de la mañana, según se podía leer en las pantallas de información, todos los vuelos estaban retrasados o habían sido cancelados.En la primera nota que el Centro de Prensa de AENA envió ayer a los medios de comunicación (13.47) no se precisaba el número de cancelaciones ni el porcentaje de vuelos demorados. En el segundo comunicado de AENA (15.27), tampoco. En el tercero, de las 20.42, aclaró que se habían cancelado 55 vuelos por "las malas condiciones meteorológicas". En una nota anterior, AENA explicó las múltiples virtudes de Barajas para operar en buenas condiciones pese a la niebla o el hielo.

Mientras AENA cifraba en 55 el número de cancelaciones hasta las 19.00, Iberia insistía unas horas antes en que ya había cancelado ella sola hasta 70 operaciones.

Al mediodía, miles de pasajeros sin información recorrían las terminales reclamando noticias sobre sus vuelos.

Fallo eléctrico

Al desbarajuste en las pistas se unió un fallo eléctrico que dejó sin energía los mostradores de la terminal internacional (T-1) y los controles de la policía nacional. En las pantallas se podía leer que el sistema de información no funcionaba.

Iberia asegura que este fallo eléctrico afectó también al ordenador que distribuye los aviones en las terminales, al sistema de facturación de equipajes y a las zonas de embarque. El caos fue tomando todo el aeropuerto mientras AENA repetía en sus comunicados que la normalidad se había instalado en Barajas desde las 12.00.

La situación no había cogido por sorpresa a los responsables del aeropuerto. Varias horas antes, a las 8.30, cuando ya se podía vaticinar la complicada jornada que se avecinaba -la niebla ya cubría a esa hora el aeródromo y el ILS "sufría una ligera inestabilidad", según el Centro de Prensa de Barajas-, las autoridades del aeropuerto conocieron las comunicaciones de Eurocontrol: "Debido a la situación de niebla y a la congestión del espacio, se ha aplicado un nivel de salida cero hasta las 10.30". Una segunda comunicación amplió el cierre a la pista de aterrizaje hasta las 11.00.

El Centro de Prensa informó de que el ILS de la pista 33 ("aterrizajes en configuración norte", según AENA) sufrió "una ligera inestabilidad que lo degradó entre las 7.15 y las 8.00 desde la categoría III a la categoría I, sin riesgo para las operaciones, ya que el aeropuerto dispone de cinco ILS de última generación".

La categoría III es la que se activa cuando la visibilidad es de 200 metros, mientras que la categoría I permite operaciones con un alcance visual de 800 metros.

Un portavoz del Centro de Prensa de AENA desmintió que el aeropuerto hubiera cerrado durante ese tiempo: "Ha habido operaciones en todas las franjas horarias". Un comunicado de Iberia informó de que el aeropuerto no había aceptado aterrizajes ni despegues durante "largos periodos de tiempo".

Ningún responsable del Centro de Prensa de Barajas pudo contestar a las dudas creadas por los comunicados emitidos por Eurocontrol y por la nota informativa de Iberia sobre el cierre del aeropuerto durante varias horas. A media tarde, Eurocontrol respondió que, dada la congestión del tráfico, "la falta de personal en Barajas" durante la noche y la niebla que volvía a cubrir las pistas, a partir de las nueve el retraso medio superaría las cinco horas.

Otro comunicado posterior de Eurocontrol, enviado por el Centro de Prensa de AENA, señalaba: "Todos los sectores están abiertos para acoger el tráfico de la noche. Pero debido a la niebla y a la capacidad del aeropuerto, los retrasos se mantienen por encima de las cinco horas".

Iberia -compañía contra la que se dirigieron ayer gran parte de las críticas de los pasajeros atrapados- ofreció información pormenorizada de lo que ocurría en el aeropuerto y reconoció que se había visto obligada a cancelar más de 70 vuelos (35 de salida y 35 de llegada) y a desviar 16 aviones hacia otros aeropuertos, principalmente a Valencia y Alicante.

El caos y la falta de información que ayer aquejaron al aeropuerto provocó situaciones de tensión entre los miles de viajeros que sufrieron demoras en la salida de sus vuelos o que tuvieron que volver a sus casas porque sus viajes fueron anulados.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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