Se buscan extranjeros para empleos vacantes
Numerosas ofertas no se cubren por la dureza de algunos trabajos o por falta de personal cualificado
En España empieza a escasear la mano de obra. Faltan trabajadores en la construcción, obreros en el campo y numerosas empresas han tenido que recurrir a extranjeros para nutrir sus plantillas. Cada vez hay más extranjeros trabajando en el servicio doméstico, en la construcción o en el reparto del butano, en un país con 2,5 millones de parados, el 15,4% de la población activa. La causa radica en la falta de personal cualificado, la poca movilidad de los trabajadores, la carestía de la vivienda y que algunos trabajos se rechazan por su dureza o malas condicciones, según expertos, empresarios y sindicalistas.En la construcción, aunque el 10% de sus 1,2 millones de trabajadores está en paro, se están pagando sueldos por encima del convenio colectivo. Rafael Romero, presidente de la Cámara de Contratistas de Obras de Cataluña, lo explica así: "En este momento, la construcción es un mercado con exceso de demanda y el trabajador especializado tiene una posición de dominio y eso hace que suban los sueldos". El convenio de la construcción de Barcelona marca un salario de 2.607.000 pesetas anuales para un albañil de primera, pero "se están pagando alrededor de cinco millones", añade.
Romero dice que faltan encofradores, soldadores y albañiles. El empresario es contundente: "Faltan trabajadores cualificados, porque la política de formación del sector es un fracaso". "No puede ser que todo el mundo quiera ser abogado o arquitecto, hay que reformar la formación profesional para hacerla atractiva y prestigiada".
Sindicatos y empresarios crearon hace unos años en Cataluña el Instituto Gaudí de la Construcción para formar trabajadores. "Se están formando 1.500 personas al año, pero se necesita formar a 12.000 técnicos de grado medio", dice el empresario. "Sólo con que nos dieran un poco más de dinero de la cuota por formación que pagamos empresas y trabajadores podríamos formar más trabajadores. No queremos reducir sueldos", añade. El representante de la patronal también hace autocrítica: "Somos conscientes de que para que la gente quiera trabajar en la construcción tenemos que mejorar las condiciones de trabajo: higiene, seguridad en la obra y entorno general".
Los sindicatos sólo coinciden en parte con lo que está pasando en la construcción. "La falta de mano de obra se debe a la mala formación y las culpables son las empresas, porque han abandonado la formación con su política de subcontratación", dice Fernando Serrano, secretario general estatal de la Construcción de CCOO. "El 70% del empleo en la construcción es precario y así no se puede formar a la gente. Es imposible que las pequeñas empresas den la formación que se necesita porque casi todo su personal es eventual", remacha el sindicalista.
Serrano recalca que "la Fundación Laboral de la Construcción, que creamos con los empresarios, no da la formación que se precisa. Faltan encofradores y ferrallistas y se forman administrativos e informáticos", dice. Sobre los salarios, ratifica que "se están pagando sueldos superiores al convenio porque hay actividad y se trabaja a destajo, pero no todo el salario se pone en nómina", denuncia.
En el sector del metal también hay problemas. En la localidad guipuzcoana de Azkoitia, la empresa Iberoamericana de Engranajes, que fabrica piezas para maquinaria industrial, tiene exceso de pedidos y ha contratado a diez trabajadores extranjeros tras intentar contratar sin éxito personal de la zona, explica el gerente de esta empresa de 50 trabajadores, Rafael Romero. El gerente dice que la mayoría de los contratados son ciudadanos africanos. La particularidad de estos empleos es que son exclusivamente "para los fines de semana y en horarios cambiantes de jueves a martes. Son contratos de seis meses", añade el gerente, "con un sueldo anual bruto de 2.240.557 pesetas si, además, aceptan trabajar en agosto y diciembre".
Hay más ejemplos. Gas Natural también se ha encontrado con dificultades para contratar a instaladores de calefacción en Tarragona, según el delegado de la empresa en la zona, Jaume Recasens. Y en esta provincia la patronal advierte que será preciso traer 6.000 trabajadores del resto de España o del extranjero para la metalurgia, la hostelería y la construcción.
En Bilbao, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado lleva un año abierta y ha proporcionado empleo a 60 extranjeros, dice Pilar Villamariz, miembro de esta ONG. La Diputación Foral de Vizcaya y varias empresas han acudido a esta ONG para proveerse de personal para el servicio doméstico, de limpiabosques o trabajar en empresas del metal.
La agricultura es otro sector con problemas. Según Juan José Álvarez, director de relaciones laborales de la patronal Asaja, que reúne a 170.000 propietarios, "a veces, hay problemas" para encontrar personal para la fresa de Huelva, la aceituna en Sevilla o la fruta en Lleida.
El miembro de la patronal dice que en la agricultura los problemas de personal tienen que ver con la dureza del trabajo y el coste de la vivienda cuando hay que desplazarse fuera. Álvarez añade que en Extremadura y Andalucía la existencia del subsidio agrario [el antiguo PER] provoca que "algunos prefieran cobrarlo a trabajar". "No queremos mano de obra barata ni pagar bajo cuerda, sino lo que marque cada convenio provincial. Se están pagando 5.500 pesetas netas diarias y el empresario paga el transporte y habilita muchas veces la vivienda", dice Álvarez
Desde UGT de la Tierra, su secretario de organización en Sevilla, Cristóbal López, no opina igual. "No es cierto que falte mano de obra en el sector. Lo dice la patronal porque lo que quiere es abaratarla trayendo trabajadores extranjeros con menos sueldo". El dirigente sindical añade que el sueldo medio no son 5.500 pesetas diarias como dice la patronal, sino en torno a 4.700 pesetas.
En Huesca, el presidente de la Comunidad de los Monegros, Manuel Conte, dice que en la comarca se han valido en los últimos años de 1.480 inmigrantes extranjeros para la recogida de hortalizas. Conte dice que "esto no pasaba hace unos años" y añade que aunque en esta zona hay unos 2.500 parados, muchos de ellos no quieren hacer estas tareas "porque son duras o porque son personas que tienen una formación superior y no están dispuestos a según qué trabajos".
El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, recuerda que "la tasa de paro ha bajado siete puntos" -del 22% al 15%- "esta legislatura", pero agrega que "no es lógico que con esta tasa de paro falte mano de obra".
30.000 inmigrantes este año
El ministro advierte que habrá que ampliar los contingentes de trabajadores extranjeros si persiste la falta de mano de obra. Pimentel dice que se ha autorizado para este año "un contingente de 30.000 emigrantes, 2.000 más" que el año anterior. Pimentel no descarta ampliar este cupo en función de las necesidades.
El ministro plantea abordar una mejora de la formación profesional y buscar fórmulas de movilidad geográfica, pero sin imponer nada a nadie". Para aumentar la movilidad, el ministro explica que debe abaratarse el precio de la vivienda y afirma que el Gobierno creará el Servicio Público de Empleo. "Las competencias en intermediación laboral están ya en manos de las autonomías y tenemos que lograr que ofertas y demandas de empleo se conozcan en toda España y no sólo en cada comunidad". Las cifras muestran que, mientras en algunas comunidades el paro es muy alto, en otras se ha situado a niveles muy bajos (ver mapa).
Debido a la previsible avalancha de inmigrantes que pueden llegar en los próximos años se ha producido un enfrentamiento en el Congreso entre el Gobierno y la oposición en torno a la Ley de Extranjería. Mientras que la oposición quiere que los inmigrantes puedan regularizar su situación si acreditan dos años en el país, el Gobierno teme que esto se convierta en un coladero. El texto ha salido del Congreso en los términos que quiere la oposición, pero el PP está dispuesto a introducir limitaciones en el Senado, donde tiene mayoría absoluta.
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