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Se lució Hermoso de Mendoza

¡Vaya diferencia del ganado! Para los lidiadores de a pie, toros de verdad, hechos y descarados. Pero para el torero a caballo, unos novillos flacos, indignos del bien ganado prestigio del rejoneador. ¿Tendrá el caballero navarro el mismo veedor que El Juli?Aunque Pablo Hermoso de Mendoza hizo el paseíllo arriba del castaño-oscuro Albaicín, recibió a su primero montando al tordillo luso-árabe Labrid. Saludó a Yiyo -un ratón pitado al salir, durante la lidia y en el arrastre- colocándole, previos rítmicos quiebros, los rejones de castigo. Sobre el lusitano-tordillo Chicuelo, en tres ocasiones citó de frente y, burlando al novillo, lo banderilleó realizando al salir de la suerte dos vistosos giros inverosímiles. Con Mazzantini puso una banderilla corta y al salir de la colocación eludió a la res por los adentros a dos pistas. Pese a que algunos aficionados le gritaron constantemente becerrista, el público pasó por alto el engaño y valoró la técnica del navarro.

Misión / Lomelí, Ortega; Hermoso

Cuatro toros de La Misión, con trapío, leña y casta, excepto el 6º. Dos toros de Manuel Martínez, despuntados para rejoneo, impresentables, 1º sin emotividad, 4º fijo. Alfredo Lomelí: estocada desprendida (abucheos); media (abucheos). Rafael Ortega: estocada (oreja); cuatro pinchazos -aviso-, estocada caída y cuatro descabellos (silencio). El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: metisaca y rejón contrario (ovación y salida al tercio); metisaca en los costillares (oreja). El peón Pablo Miramontes sufrió una cornada grave al bregar al segundo toro. Monumental Plaza de México, 5 de diciembre. 5ª corrida de la temporada. Tres cuartos de entrada.

Al cuarto, que al salir también fue pitado por chico, le clavó los rejones de castigo arriba de Quechua. Pero lo emotivo vino montando al negro portugués Cagancho, que reapareció después de su tercera cornada. De través, o sea, de costado, galopó en cuatro ocasiones el círculo del redondel llevando magistralmente templado a la grupa al novillo y la concurrencia lo ovacionó puesta en pie. Sacó de nuevo a Chicuelo y, en corto, apoyándose en el estribo, banderilleó a una mano. Después, con el prieto Mazzantini repitió el viaje por los adentros a dos bandas. Si el lucimiento de Hermoso de Mendoza con Yiyo y Ronaldo lo hubiera hecho con toros, esta tarde se hubiera consagrado en México. Lástima.

A Alfredo Lomelí se le vio dubitativo ante sus dos ejemplares, aplaudidos al salir en el arrastre. Al agresivo que hizo segundo no lo pudo dominar y con el quinto desaprovechó la fijeza que tenía por el lado izquierdo.

Rafael Ortega volvió a demostrar por qué es un triunfador. Realizó una faena reposada y completa al bravo tercero, aplaudido al salir y en el arrastre. Su capoteo fue armonioso y su banderilleo fue escalofriante. Como el burel vino a menos, su muleteo por el derecho fue meritorio y soberbiamente lo mató al encuentro, por lo que se llevó un merecido apéndice. Al reservón que cerró el festejo le peleó y lo sometió, pero se eternizó con el acero.

Al bregar al segundo, el peón Pablo Miramontes resbaló en la cara del toro y fue levantado por las afiladas astas de Tobi, que le infirió una grave cornada en el muslo izquierdo con dos trayectorias: una de 25 centímetros y otra de 18.

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