Un político por descubrir
Lluís Franco, el miembro más joven del nuevo Gobierno de Jordi Pujol era hasta hace unos días casi un desconocido. Ha hecho la mayor parte de su recorrido político en los tres últimos años y ha ganado puntos en su partido, Unió, como estratega de las últimas campañas electorales. El nuevo consejero de Trabajo ha participado en la logística, los contenidos de la campaña y en el programa electoral de Unió, codo con codo con el secretario de Organización, Josep Sánchez Llibre. También se ha ocupado de los mensajes de los candidatos, especialmente de los del líder máximo, Duran Lleida. Por eso, algunos ven en su nombramiento como consejero el reconocimiento de su tarea en las últimas campañas electorales, de las que en Unió están plenamente satisfechos.
La primera ascensión de este barcelonés de 38 años, casado y con un hijo, que se afilió a Unió en 1989, se produjo en 1996 al ingresar en el comité de gobierno de Unió, el principal órgano del partido que preside Josep Antoni Duran. Su segundo salto lo tuvo en abril de ese año, cuando Unió le designó para la Dirección General de Régimen Económico de la Seguridad Social, un puesto curiosamente ubicado dentro de Economía y Finanzas, departamento que está en manos de su socio Convergència Democràtica de Catalunya desde 1980.
Director con Artur Mas
Debido al reparto de papeles en la coalición CiU, en el Gobierno catalán no es extraño que haya departamentos donde el consejero y algún director general no sean del mismo partido. Lo que ya no es tan normal es que se dé un excelente entendimiento entre un consejero y un director que no ha sido nombrado por dicho consejero.
Sin embargo, Franco encajó bien y no tuvo problemas con su entonces jefe, el consejero de Economía Macià Alavedra. Desde julio de 1997 y hasta la semana pasada ha trabajado a las órdenes de su sucesor, Artur Mas, considerado el delfín de Jordi Pujol dentro de CDC y virtual rival de Duran LLeida para presidir un futuro Gobierno catalán. Hasta tal punto ha habido buena sintonía con Mas que una persona que conoce a ambos apunta con aire divertido que Mas dice del nuevo consejero de Trabajo: "Es como si fuera un hombre mío".
Comentarios aparte, Franco lo tiene muy claro: "He tenido un buen entendimiento con Artur Mas, quizá porque los dos somos economistas y coincidimos en los enfoques técnicos de las cosas. Pero soy una persona de Unió. Duran es el líder natural del partido, siento un gran aprecio por él y me honro con su amistad", explica. Su valedora en Unió ha sido, al margen de Duran y Sánchez Llibre, la secretaria general adjunta del partido, Carme Drópez.
Personas que le conocen dicen que la suya ha sido una carrera en el partido basada en un buen perfil como economista y en saber opinar y aportar soluciones. Pero si su capacidad como técnico es valorada en CiU, políticamente es un hombre por estrenar porque no ha tenido responsabilidades concretas de este tipo en Unió y porque ha ocupado una dirección general de caracter técnico.
Aficionado al ajedrez y a estar con su familia y sus amigos, el currículo académico del nuevo consejero de Trabajo está bien pertrechado de títulos. Doctor en Económicas y Empresariales con calificación cum laude y licenciado en Derecho, el nuevo consejero de Trabajo ha sido profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona y director del Instituto de Estudios Económicos Miquel Coll i Alentorn, ligado a Unió.
Los que le conocen dicen que tiene una buena preparación y que piensa bien las cosas antes de hacerlas. Pero eso no quita, que "no le importa asumir riesgos y no le ha dado miedo ser consejero", dice un compañero de partido. Otra compañera dice que es "trabajador, preparado y prudente".
Fiel a este estilo de prudencia que dicen que tiene, Lluís Franco se ha dado dos semanas de plazo para conceder entrevistas a los medios de comunicación, al contrario de lo que han hecho otros consejeros también novatos en el cargo. Y sus primeras declaraciones han sido para afirmar que tomará medidas para frenar el aumento de los accidentes laborales.
Gran presupuesto
Su llegada a Trabajo coincide con un momento en el que el departamento ha adquirido peso político desde que el Gobierno catalán recibió competencias sobre política de empleo. Trabajo lleva 20 años dirigido por miembros de Unió y tiene un presupuesto de 60.000 millones, alrededor de 10 veces más que hace una década.
En trabajo deberá lidiar con sindicatos y patronales en un departamento en el que su antecesor, Ignasi Farreres, ha tenido el reconocimiento personal de todos, incluida la oposición, aunque algunas denuncias sobre el uso del dinero de los fondos de ocupación han enturbiado el final de su mandato. La oposición ha cargado la pasada legislatura contra las ayudas para la formación de desempleados afirmando que algunas de ellas se han concedido con criterios políticos a militantes de Unió. En Unió siempre han negado este extremo, pero alguno de sus responsables no oculta que la imagen que se ha podido trasmitir no ha sido favorable al partido. Incluso, en medios del propio departamento se afirma que deben extremarse los actuales controles y los mecanismos de asignación de subvenciones y ayudas para formación de parados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.