El puente origina un gran colapso de tráfico en Andorra y abarrota las pistas de esquí del Pirineo
El largo puente de la Purísima será recordado como uno de los más rentables de los últimos años para el sector turístico del Pirineo catalán y también como uno de los más caóticos que se han vivido en las carreteras de acceso a Andorra, donde miles de vehículos volvieron a quedar atrapados ayer en las colas kilométricas que se formaron a lo largo de todo el día. En las estaciones de esquí del Pirineo se esperaba una avalancha de visitantes, pero la realidad ha superado todas las previsiones. El lleno hotelero y la aglomeración de esquiadores en las pistas y de automovilistas en las proximidades de las estaciones no tiene precedente. En Barcelona, los comercios que abrieron ayer sus puertas también registraron una gran afluencia de visitantes.
Unos 30.000 comercios, en torno al 60% del total de los establecimientos que hay en Cataluña, abrieron ayer sus puertas a sus clientes, según el secretario general de la Confederación de Comercio de Catalunya, Miguel Ángel Fraile. Fuentes del sector apuntaron, sin embargo, que jornadas como la de ayer son aprovechadas por los ciudadanos para mirar escaparates y pensar el regalo que finalmente comprarán. En Barcelona, por la mañana, se produjo un importante aumento del tráfico en las calles del centro. También era notable la presencia de visitantes del resto de España en la capital catalana. La existencia de nieve abundante y las buenas condiciones meteorológicas han hecho que las previsiones de ocupación hotelera se hayan desbordado y que el número de esquiadores haya aumentado más del 10% respecto a las mismas fechas de la pasada temporada. En los tres primeros días del puente han pasado por taquilla unas 80.000 personas. La estación aranesa de Baqueira-Beret, la más grande del Pirineo leridano, espera superar la cifra de 47.000 esquiadores que acudieron el año pasado durante el puente. Ayer vendió 17.000 forfaits, cifra que constituye el récord de afluencia de esquiadores en los 35 años de historia de la estación. En Boí-Taüll esquiaron ayer 4.500 personas y en el resto de estaciones leridanas una media de 3.000.
Los responsables del Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, responsable de la campaña Neu de Lleida, calculan que el sector del esquí y la hostelería dejarán en sólo cinco días unos beneficios de 2.500 millones de pesetas, casi el 10% de los 30.000 millones previstos para toda la temporada. Esta cifra representa el 5% del PIB de toda la demarcación y el 40% de los ingresos que genera anualmente la actividad turística.
El elevado índice de ocupación que se está registrando estos días en las comarcas de Val d"Aran, Alta Ribagorça, Pallars Sobirà y Alt Urgell, especialmente a pie de pista y en las poblaciones situadas en el área de influencia de los complejos invernales, ha vuelto a poner de manifiesto que las 10.000 plazas hoteleras que hay en la actualidad resultan claramente insuficientes para acoger sin problemas el flujo de visitantes que se produce en determinados momentos de la campaña de esquí. Estos días no sólo están completos los hoteles, sino que muchos visitantes han tenido que recurrir a los albergues y a las casas de campo.
Los esquiadores que han acudido al Pirineo de Lleida para estrenar la temporada de esquí han tenido que padecer las consecuencias derivadas de las aglomeraciones, como las retenciones de vehículos en las carreteras de acceso a las estaciones, colas en las zonas de estacionamiento para dejar el coche y largas esperas en las pistas para utilizar las instalaciones y servicios.
Sin embargo, las situaciones más conflictivas se han vivido estos días en la carretera N-145, entre La Seu d"Urgell y el Principado de Andorra, país elegido por miles de personas para esquiar o realizar las compras de Navidad en sus establecimientos comerciales. En las dos carreteras que confluyen en La Seu, la C-1313 y la N-260, se registran cada día considerables colas de vehículos que en algunos momentos han llegado a alcanzar los 25 kilómetros. El problema se acentúa en el interior de Andorra, una vez atravesado el puesto aduanero de La Farga de Moles, donde a primera hora de la mañana coinciden los vehículos que llegan de España, los que se dirigen a las estaciones de esquí y los que se dedican al transporte escolar. El colapso circulatorio fue total entre las 9.00 y las 10.00. La carretera más afectada fue la que comunica con las estaciones de esquí de Soldeu-El Tarter y Pas de la Casa-Grau Roig.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Atascos
- Puentes festivos
- Espeleología
- Andorra
- Retenciones circulación
- Montañas
- Barcelona
- Incidencias transporte
- Pirineos
- Tiempo libre
- Cataluña
- Fiestas
- Cordilleras
- Europa occidental
- Transporte carretera
- Tráfico
- Esquí
- Deporte aventura
- Comunidades autónomas
- Ayuntamientos
- Política exterior
- Espacios naturales
- Instalaciones deportivas
- Comercio
- Deportes invierno