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La vigencia de la pena de muerte divide a la coalición de gobierno en Turquía

En un claro gesto de transigencia hacia las condiciones europeas para admitir a Turquía como candidata al actual grupo de los países que forman los Quince, el primer ministro turco, Bulent Ecevit, admitió este pasado fin de semana que "Turquía debe superar la actual contradicción que supone pertenecer a la Unión Europea (UE) y mantener vigente la pena de muerte en el país".

Sin embargo, las buenas intenciones de Ecevit -partidario de abolir la pena capital- ante las exigencias comunitarias podrían poner en peligro la pacífica coexistencia de la actual coalición tripartita de Gobierno, ya que su segunda fuerza mayoritaria, el Partido de Acción Nacionalista (MHP), aboga abiertamente por conservar la máxima pena, ajusticiando al enemigo público número uno de Turquía, el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el separatista kurdo Abdalá Ocalan.A pesar de que por el momento las expectativas son favorables a Turquía, los términos en los que se concretará su candidatura en la próxima cumbre de Helsinki todavía permanecen borrosos.

Así, y aunque la mayor parte de los socios comunitarios se muestra proclive a dotar a Turquía del status de candidata, todavía no existe consenso sobre las condiciones concretas que debería cumplir el país para iniciar las negociaciones de adhesión.

Incluso Suecia, tradicionalmente en contra de aceptar a Turquía en el grupo europeo debido a sus carencias en materia de derechos humanos, parece haber modificado su opinión. En este sentido, la titular de Exteriores sueca, Anna Lindh, aseguró recientemente "estar preparada" para aceptar la candidatura de Turquía a la UE.

Posición de Grecia

Sin embargo, aún es una incógnita la posición de Grecia ante el gran reto turco. Aunque las relaciones bilaterales entre ambos países han mejorado notablemente en los últimos meses, todavía permanecen abiertas heridas históricas, como la dividida isla de Chipre y el contencioso por las islas del Egeo. Grecia podría, no obstante, votar a favor de Turquía, aunque esta concesión podría costar muy cara a su vecino y gran enemigo histórico.

Así, el primer ministro de Grecia, Costas Simitis, que previsiblemente encabezará la lista de los socialistas griegos en las elecciones generales que se celebrarán el próximo año, indicó la semana pasada que "Grecia pedirá garantías antes de decir sí a Turquía". Garantías que podrían incluir la exigencia griega de que Turquía ceda en los conflictos abiertos entre ambos países antes de que puedan abrirse las negociaciones de adhesión a la UE.

De esta manera, las autoridades turcas, recelosas de que las condiciones griegas pudieran marchitar la euforia de la opinión pública del país, han decidido optar por la precaución.

El ministro de Asuntos Exteriores turco, Ismail Cem, negaba el pasado viernes que un rechazo por parte de la Unión Europea supusiera un fracaso para las aspiraciones turcas. "Turquía no se quedará atrás aunque no ingrese en la Unión Europea", concluyó Cem.

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