Mecenas y compromisarios

El proyecto del Hospitat General de Cataluña, gestado entre 1973 y la segunda mitad de los ochenta, se desarrolló en una etapa de grandes cambios políticos. La transición llevó a los promotores del hospital a sustituir en los primeros consejos a las personalidades del antiguo régimen por nombres del nacionalismo, entonces emergente.

Tanto en la sociedad civil que agrupa a los 76.000 socios particulares como en la sociedad anónima que gestiona el hospital figuran nombres del mundo empresarial cercanos a Convergència como Félix Millet, Javier Pérez Portabella, Lluís Casals y Federico Vallet. La sociedad fue presidida durante bastantes años por el abogado barcelonés Joan Piqué Vidal.

Por los órganos de la sociedad hospitalaria circularon a lo largo de más de 20 años juristas como Josep Joan Pintó, Josep M. Puig Salellas, Agustí Pons, Joan Boixader, Jordi Aiguadé, Joaquim de Muller y Manuel Lobo, entre otros.

Pere Narbona, el ingeniero y empresario que en 1993 asumió la presidencia del HGC, renovó todos los órganos directivos e hizo un gran esfuerzo para sanear un proyecto que ya estaba casi quebrado. Narbona obtuvo una quita (condonación parcial de la deuda) del 50% cuando el pasivo del hospital no alcanzaba los 12.000 millones, pero finalmente ha encontrado en la quiebra voluntaria la única salida posible, ante el peligro de que alguno de los acreedores ejecutara sus deudas. Para instar la quiebra del HGC, Narbona consiguió en la última junta general la ratificacion de la mayoría cualificada de los 76.000 asociados.