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Una mujer pasa 15 días retenida y maltratada por su pareja en Valencia

La mujer, con numerosos hematomas, fue rescatada por los bomberos

María S., de 33 años, aprovechó ayer la ausencia de su compañero para asomarse al balcón de un piso de Valencia y gritar con todas sus fuerzas: "¡Socorro, ayúdenme, que me tienen secuestrada!". Unos minutos después, los bomberos accedieron al balcón con un brazo articulado y la rescataron. La víctima, con golpes en el cuerpo, denunció ante el juzgado que ha pasado 15 días retenida y maltratada por su pareja.

"Acérquese al telefonillo y se lo cuento mejor", le espetó María desde el balcón del tercer piso a una mujer que oyó sus gritos mientras se dirigía a comprar el pan. A través del portero automático la víctima le relató, poco después del mediodía, que llevaba dos semanas "secuestrada" entre cuatro paredes, en la puerta 10 del número 1 de la calle de Bernardo Morales Sanmartín, al sur de la ciudad, en el barrio de Malilla.María le contó que su compañero sentimental había cambiado la cerradura y había cerrado la puerta a cal y canto para que no se escapara durante su ausencia. "Avise a la policía, rápido, antes de que vuelva", le imploró sollozando. Esta vecina y otra mujer de la asociación vecinal del barrio, que pasaba por allí, decidieron telefonear al retén más próximo de la Policía Local, el de Russafa, a las 12.30.

Una patrulla policial se personó en el lugar poco después. Asomada al balcón, María repitió ante los agentes la petición de auxilio y el penoso relato sobre las palizas y el cautiverio al que la tenía sometida su compañero sentimental. "No puedo abrirles desde dentro, sálvenme, por favor", les suplicó. Ante la imposibilidad de abrir la puerta, los policías optaron por solicitar ayuda a los bomberos. Éstos acudieron con un camión y desplegaron un brazo articulado, con el que accedieron hasta el balcón del tercer piso, en el que se encontraba la víctima. Tras 15 días de encierro, María volvía a pisar la calle.

Denuncia ante el juez

Al verla de cerca, los agentes observaron que la mujer presentaba diversos hematomas y magulladuras, que daban fe de los malos tratos que había sufrido durante este tiempo. Pero la víctima no quería ir al médico. Insistía en que antes tenía que presentar una denuncia contra el hombre que la había retenido medio mes y la había cubierto de cardenales. Los agentes accedieron y la condujeron al Juzgado de Instrucción número 17 de Valencia, que estaba ayer de guardia.

María denunció ante la juez María del Carmen García Mingo que su compañero sentimental, L. E., la tenía secuestrada en aquella vivienda desde mediados de noviembre, la golpeaba a menudo y le daba varias vueltas a la nueva cerradura que había comprado para impedir que huyera cuando él se marchaba.

Tras tomarle declaración, la juez decidió que fuera trasladada a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el distrito de Russafa para que describiera a su agresor y facilitara a los agentes toda la información posible sobre los lugares que frecuenta y sus costumbres, para poder detenerle. La juez también dispuso que, después de declarar en la comisaría, fuera conducida a la clínica Casa de La Salud para que los médicos la atendieran de sus lesiones y elaboraran un parte que pueda aportarse como prueba en el caso.

Los vecinos del edificio en el que María ha pasado los últimos 15 días explicaban ayer que esa vivienda la tienen alquilada desde hace dos meses dos personas, de unos 40 y 20 años, respectivamente, que, al parecer, son tío y sobrino.

Estos vecinos relataron que a menudo escuchaban gritos procedentes de este piso y que habían visto pasar por allí a dos mujeres, una rubia y otra morena. Pero no sospechaban que detrás de la puerta había un calabozo.

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