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Sanidad invierte 1.800 millones en prevenir el "efecto 2000" y sustituye el 23% de sus ordenadores

"Sanidad se ha preparado concienzudamente para evitar los fallos en los ordenadores durante el cambio de año". Así de categórico se expresó ayer el responsable de la consejería, Gabriel Inclán, a la hora de analizar las medidas que ha adoptado su departamento para prevenir las consecuencias del efecto 2000. Sanidad se va a gastar un total de 1.800 millones de pesetas (10,8 millones de euros) en adaptar su parque informático y, entre otras medidas, Osakidetza ya ha sustituido hasta ahora el 23% de los 7.000 ordenadores que posee.

Bajo la denominación de efecto 2000 se recogen todas las disfunciones que pueden afectar a los ordenadores al pasar del año 1999 al 2000 por no reconocer los nuevos dígitos. Los problemas se dejarán notar de manera especial durante los primeros días del próximo año y se darán en los componentes informáticos que manejan, procesan o registran fechas.Para prevenir estos problemas, el Gobierno vasco aprobó en diciembre de 1998 un proyecto de adecuación al año 2000. Cada departamento ha ido adaptando sus equipos informáticos a las exigencias del plan. El Servicio Vasco de Salud-Osakidetza culminará durante la primera quincena de este mes su adecuación. Las dos grandes áreas que pueden verse afectadas son la de informática y telecomunicaciones y la de instalaciones y electromedicina.

En primer lugar, los técnicos han realizado un inventario pormenorizado de los elementos susceptibles de sufrir problemas; después se han determinado los niveles de riesgo y, finalmente, se ha procedido a sustituir los componentes más endebles. Según Inclán, en este momentos los equipos informáticos se encuentran "convenientemente preparados", aunque ha sido preciso cambiar 1.621 ordenadores de los 7.000 que forman el parque informático de Osakidetza.

En cuanto a los programas, la inspección detectó 87.000 (de los 2,8 millones con que cuenta Osakidetza) susceptibles de sufrir algún tipo de problema con el cambio de año, por lo que fueron sustituidos.

En el área de instalaciones y electromedicina, las empresas proveedoras han garantizado a Osakidetza que el impacto será muy reducido.

A pesar de todas estas cautelas, Osakidetza ha diseñado un plan de contingencias que especifica cómo debe actuar la organización en el caso de que algún componente informático sufra problemas y afecten al funcionamiento de los servicios considerados críticos. "Este plan permitirá reducir al mínimo el impacto del efecto 2000, recuperando en el menor tiempo posible el nivel normal de actividad", explicó el consejero en su comparecencia pública.

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Además, el alto grado de tecnificación de los equipos médicos y de los sistemas que soportan la actividad asistencial en el ámbito sanitario han aconsejado al departamento aprobar un decreto con más medidas que serán de aplicación a todos los centros sanitarios y empresas suministradoras de las redes pública y privada.

Disponibilidad

Inclán subrayó que "todos los centros, sean hospitales o ambulatorios, tendrán que garantizar la disponibilidad de recursos humanos, técnicos y de suministros para afrontar de manera eficaz cualquier incidencia". Una vez superadas las fechas críticas (los tres primeros días de febrero), los centros y servicios sanitarios deberán mantener un nivel de alerta todo el año para reducir los riesgos potenciales para las personas enfermas, y para asegurar que funcionan correctamente todos los equipos médicos.

Osakidetza también creará un gabinete de contingencias, dirigido por su director general, Francisco Villar, que coordinará a los grupos que cada centro ha constituido para paliar las consecuencias del efecto 2000. Tanto los miembros de estos grupos como los del gabinete central estarán presentes físicamente en los centros durante la transición al próximo año. En total, serán 500 profesionales y directivos los que se sumarán a los que habitualmente trabajan en Año Nuevo para cubrir el impacto. "Estoy seguro de que no va a ocurrir nada reseñable", tranquilizó Inclán.

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