La ley de Cajas se aprueba sin consenso y con la oposición del PP, pese a las renuncias socialistas
,La ley de Cajas de Ahorro nació ayer coja. El Parlamento aprobó la norma sin uno sus capítulos fundamentales -la entidad financiera común, también llamada caja de cajas-, sin el consenso del Partido Popular y en medio de uno de los debates más broncos y ásperos de toda la legislatura, con acusaciones de presiones de los poderes económicos que se estaban regulando. Por primera vez en la historia de la Cámara autonómica, los populares impidieron que se tramitara una enmienda transaccional para evitar la presencia obligatoria de las entidades en la caja de cajas, e Izquierda Unida votó a favor de que puedan continuar cuatro años más los presidentes, pese a que su posición siempre ha sido la contraria.
La ley de Cajas de Ahorro salió aprobada a trancas y barrancas. Lo que se había hablado en la comisión no se mantuvo en el pleno y los grupos se sintieron traicionados unos por otros. Del texto se cayeron dos aspectos fundamentales para el PSOE (Instituto Andaluz de Finanzas y entidad financiera común) y salió adelante otro (la reelección de los presidentes durante cuatro años más), al que se oponía. Los socialistas habían defendido durante toda la tramitación de la ley limitar a ocho años los cargos en los órganos de gobierno, lo que en la práctica suponía la salida de cinco de los seis presidentes de cajas. Todos los grupos achacan esta posición de los socialistas a su deseo de nombrar a nuevos directivos, toda vez que los actuales, según esta tesis, no servirían a sus intereses partidarios. La propuesta del PSOE, no obstante, era exactamente igual a la que viene en la Ley de Órganos Rectores de la Cajas Ahorro (LORCA), de aplicación general.La posición del resto de los grupos (Partido Andalucista, socio del PSOE en el Gobierno andaluz, Izquierda Unida y Partido Popular) sobre la limitación de mandatos ha ido variando conforme se acercaba el debate final en pleno y al mismo tiempo que se aproxima un nuevo periodo electoral.
El último golpe de efecto lo dio ayer Izquierda Unida, que apoyó una enmienda del PA y del PP, que al principio defendía la temporalidad, para que los miembros de los órganos de gobierno de las cajas puedan optar a "la reelección por un periodo adicional y único de cuatro años". Esto no significa una prórroga automática de los mandatos ya que, a partir de la publicación de la ley, se abrirá un proceso de renovación en las entidades, cuyos representantes responderán ahora a otros criterios.
Estos cambios de opinión le llevaron al portavoz socialista José Asenjo, a pedir una reflexión sobre la autonomía parlamentaria. "Ha habido presiones que pueden explicar algunas cosas que están ocurriendo hoy aquí", comentó desde la tribuna. Minutos más tarde admitió haber recibido presiones de la entidad de la que es ejecutivo (Unicaja).
Durante todo el debate sobrevoló la advertencia del Partido Popular de que la ley terminaría en el Tribunal Constitucional, ya que el texto obligaba a las cajas a formar parte de la entidad financiera común. El PSOE había presentado una enmienda transaccional para que la pertenencia no fuera imperativa, pero el PP, por primera vez en la historia del Parlamento, se opuso a su tramitación, lo que impidió que se votase. Ante esta jugada, que Asenjo tachó de "filibusterismo parlamentario", el PSOE tuvo que votar a favor de tres enmiendas del PP por las que se suprimía la caja de cajas.
La consejera de Economía, Magdalena Álvarez, justificó la posición socialista en el temor de que el Gobierno central recurra al Contitucional la norma y bloquee su aplicación. Ya en el trámite en comisión, el PSOE se cargó el Instituto Andaluz de Finanzas, aunque su creación se hará a través de la ley de Acompañamiento de los Presupuestos, mientras que los socialistas anunciaron su intención de recuperar la entidad financiera común en la próxima legislatura.
De los pocas intervenciones de Antonio Sanz como portavoz titular del PP, la de ayer fue sin duda la más agria. El conservador aseguró que el Gobierno buscaba con la entidad financiera común "un peaje político por el que los empresarios y las instituciones tengan que pasar para acceder a los créditos" y aseguró, respecto a la situación de las cajas fundadas por la Iglesia católica, que persigue "asaltar" y dar caza a CajaSur "porque no ha entrado en la rueda de la sumisión política". Y añadió: "Pasarán por ser unos auténticos traidores y de dar una puñalada trapera a los intereses de Córdoba". Frente al Parlamento, un nutrido grupo de personas se manifestó en defensa de la entidad que preside el sacerdote Miguel Castillejo.
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