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Este año se han presentado ya 374 denuncias por desaparición de menores del hogar

Todos los días, el servicio SOS-Deiak de la Ertzaintza recibe llamadas que comunican la desaparición de un familiar. El pasado año fueron 1.200 denuncias, más del 30% de menores de 18 años. En lo que va de año ya se han registrado 374 denuncias de menores. Sólo en 29 casos los jóvenes no regresaron a casa o sus padre no lo notificaron a la Ertzaintza. Los expertos afirman que las fugas se producen por la violencia familiar y por problemas escolares y afectivos.

"Los hijos se han fugado en todas las épocas, lo que ocurre es que ahora está más de moda con el bombardeo televisivo", explica la psicóloga Josune Eguía Fernández. "Los jóvenes utilizan la huida como una forma de llamar la atención. La mayoría de las veces que se marchan de casa es para exigir sus derechos porque si están contentos, no huyen", añade.La autora del libro Cómo ayudar a solucionar los problemas de sus hijos incide en la importancia de que los padres hagan entender a los hijos la necesidad de ser tolerantes frente a la frustración, que les enseñen a aceptar las negativas y relativizar las cosas. "Hay que dotar a los hijos de estrategias para que no sean tan vulnerables a la presión social. Debemos transmitirles seguridad y desde luego, los padres tienen que dejar de ser tan sobreprotectores".

Josune Eguía, del centro psicólogico Tívoli de Bilbao, considera que parte del conflicto viene del cambio brusco que ha supuesto pasar del autoritarismo educativo de hace 30 años a la permisividad actual. "Siempre es necesario cierta disciplina", puntualiza.

El número real de hijos que huye de casa es mayor que el reflejado en los datos oficiales, que sólo recogen las denuncias presentadas en comisaría. Así, hasta el 13 de noviembre pasado, la Ertzaintza había registrado 374 casos de desaparecidos menores de 18 años. De ellos, 123 pertenecen a Vizcaya, 98 a Álava y 154 a Guipúzcoa, según datos del Departamento vasco de Interior.

"La llamada de urgencia a SOS-Deiak se convierte en denuncia pasadas las 24 horas. Pero, desde el primer momento se pasan los datos a las patrullas para que comiencen la búsqueda. La recogida a través de un archivo informático permite que los agentes tengan la información actualizada al instante", explica un portavoz de Interior.

Un 48% del total de avisos sobre desaparecidos se refiere a jóvenes en edadas comprendidas entre los cinco y los 25 años. Más del 30% de ellos son menores de 18 años. No obstante, la mayoría de las desapariciones de adolescentes son temporales; de las 374 denunciadas, sólo 29 entran en el apartado de "casos no resueltos o no notificados" a la Ertzaintza, ya que los regresos no se suelen notificar, se quejan en el Departamento de Interior. Los datos demuestran, sin embargo, que aproximadamente el 90% de los adolescentes que se fugan de casa terminan regresando.

Koldo L. nació en Bilbao hace 22 años. Cuando tenía 17, cumplió su amenaza y desapareció de casa sin avisar. La única pista de su decisión fue la falta de algunas pertenencias y varios libros. Tras dos meses sin noticias, telefoneó a sus padres desde Málaga. Estaba bien, aunque no pensaba volver. "Nunca aceptó que su padre y yo nos separáramos. Nos echa la culpa de todo. Me llama de vez en cuando y a veces viene a Bilbao a ver a su hermano, pero nunca nos va a perdonar. Lleva dentro demasiado odio", reconoce la madre, que prefiere mantener el anonimato.

Padres que agobian

Javier Elzo, sociólogo y autor del estudio sobre Los jóvenes españoles, destaca que quienes se fugan del hogar son una minoría entre los jóvenes y los enmarca en dos tipos de familias: las muy desestructuradas y las sobreprotectoras. "En el primer caso, se fugan para librarse de la violencia familiar. En el otro grupo están esos padres que agobian en exceso a sus hijos. Los adolescentes se sienten controlados y si, por ejemplo, aparece un amorío, pués resultan los candidatos perfectos a la fuga".

El también sociólogo José Ignacio Ruiz de Olabuénaga destaca, por su parte, "la presión escolar" como una de las causas principales de las fugas. "De los tres a los 16 años la escuela se convierte en la estación de tren de parada obligatoria; es el tiempo del enclaustramiento. En esa época, entre un 25% y un 30% de los menores está preso más que escolarizado y a los 14 años el 20% no tiene el graduado escolar". Esta situación de fracaso conduce a la huida.

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