La decisión de la banda sorprende a la mayoría de los vascos
Al contrario de lo ocurrido en septiembre de 1998, cuando al menos los partidos nacionalistas y quienes siguen los asuntos vascos estaban al tanto de la inminencia de una tregua, el anuncio de la ruptura del alto el fuego por parte de ETA cogió ayer por sorpresa a todos. Tanto los dirigentes políticos como los ciudadanos de a pie se despertaron con una noticia inesperada. Pese a que el diario Gara anunció en su primera página del sábado que ayer ofrecería una entrevista y una declaración de ETA, nadie sospechó que se trataría de algo tan concluyente.El conocimiento de lo que la banda terrorista había decidido ha estado absolutamente restringido, incluso en el ámbito radical, y ni siquiera llegó a los interlocutores más cercanos de Herri Batasuna en el PNV, empezando por su portavoz, Joseba Egibar. Influyó en esto un comunicado dado a conocer el viernes por EH después de que el propio Xabier Arzalluz advirtiera de que su partido "saldría a la calle" si no se desmarcaba de la violencia callejera. El líder del PNV insistió también en que el compromiso con la paz constituía la "única base serie de colaboración" entre nacionalistas.
EH manifestó su "hartazgo" de declaraciones como la de Arzalluz, pero también reafirmó su labor "eminentemente política" y se comprometió a "seguir por esa vía, con la movilización y el trabajo institucional como ejes". Egibar lo consideró "un paso cualitativo" positivo de los radicales.
Cómo encaja esa declaración de EH con la decisión de ETA es una contradicción que nadie acierta, por ahora, a explicar.
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