Ibarretxe asegura que la sociedad vasca no admitirá otra vez un escenario de violencia

El fin de la tregua quiebra la ilusión de la sociedad vasca, pero ésta no admitirá más un escenario de violencia, dijo ayer el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en una declaración que leyó sin admitir preguntas. Ibarretxe, que no desveló el futuro de su pacto con EH, dijo que "ahora más que nunca" cobra vigencia el compromiso de su Gobierno y los partidos que lo sustentan "con la apuesta inequívoca por las vías políticas y democráticas". Además, dio por asumidas esas vías por "la totalidad" de las fuerzas, incluidos los radicales, y dijo que ETA se ha situado en contra.

El principal de los enigmas cuyo desenlace depende del presidente del Gobierno vasco quedó ayer sin desvelar en la comparecencia que Juan José Ibarretxe realizó ante los medios informativos para leer una declaración institucional. Se trata del futuro del pacto de colaboración parlamentaria firmado en mayo pasado entre los partidos que integran su gabinete, el PNV y EA, y los abertzales de Euskal Herritarrok.Ibarretxe llamó a "no repartir culpas", sino a reaccionar con equilibrio y responsabilidad, sin perder los nervios y con serenidad, y anunció que no entrará en una guerra de acusaciones. El lehendakari dijo que la ruptura del alto el fuego es un paso atrás y supone la quiebra de la ilusión en la sociedad vasca, pero apostó por que ésta no consentirá de nuevo un escenario de violencia, una vez conocido "lo que es vivir en paz".

Su declaración vierte claramente sobre ETA la responsabilidad de la reanudación de la violencia, pero Ibarretxe no se sustrajo a adjetivar esa responsabilidad señalando que a quien anuncia la vuelta a la actividad armada corresponde la "principal", en una sugerencia implícita de que existen otras. En esta línea, señaló: "Tenemos que tener claro también los demás que para consolidar la paz aún podemos hacer entre todos mucho más".

La única referencia al acuerdo de colaboración parlamentaria que su Gobierno mantiene con HB, a través de EH, su marca electoral y de intervención institucional, fue la de que "ahora más que nunca cobra vigencia el compromiso del Gobierno vasco y de los partidos en que se sustenta con la apuesta inequívoca por las vías políticas y democráticas".

La frase es una referencia expresa a la declaración aprobada en el Parlamento vasco en febrero de 1998 por el PNV, EA y EH. Con esa fórmula se eludió la exigencia a los radicales de que explicitaran su condena de la violencia como paso previo a su pacto con el Gobierno, firmado después, en mayo.

La declaración leída por Ibarretxe da por hecha la inclusión de sus socios de EH entre los partidos democráticos al afirmar que las vías mencionadas están asumidas por "la totalidad de las formaciones políticas" vascas. En contra de todas ellas, y además fuera de la realidad, se habría situado ETA con su comunicado, afirmó el lehendakari.

Ibarretxe anunció también su intención de establecer "contactos discretos e inmediatos" con todos los partidos vascos y con el presidente José María Aznar "para afianzar una posición política capaz de superar el anuncio de ruptura de la tregua". Fuentes de la Lehendakaritza (sede del Gobierno) precisaron que Ibarretxe habló con Aznar en la mañana de ayer, así como con los líderes de todas las fuerzas políticas. A estas últimas las emplazó a superar "de una vez" una fase en la que no han estado dipuestos a sentarse para hablar entre todos.

Ibarretxe señaló que el profuso intercambio de declaraciones a través de los medios de comunicación sólo ha incorporado "confusión y distancia con la sociedad". De hecho, afirmó, la paz "ha encontrado más acomodo en la sociedad vasca que en el debate político".

El lehendakari llamó también a no caer en el pesimismo y no quiso dar por perdidos los meses pasados: "Tenemos un camino recorrido". La madurez de la sociedad vasca y sus ansias de paz son "un gran activo", añadió. Ibarretxe apeló luego al protagonismo de esa misma sociedad y llamó a las "respuestas que hagan inviable la vuelta atrás del proceso".

Ibarretxe se colocó a la cabeza de ese compromiso y abogó por redoblar los esfuerzos para que "la paz auténtica y definitiva sea irreversible".