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Reportaje:

Los exámenes, tema estrella Las calificaciones y conflictos lingüísticos suscitan buena parte de la quejas del alumnado

Viene de la página 1 De las 291 consultas recibidas por la Oficina del Defensor del Universitario de Alicante, una tercera parte (101) están relacionadas directamente con la docencia y, en especial, con los criterios de evaluación del profesorado, la publicación de las notas o el tipo de examen. "Aquí no aprobamos a nadie. Cuando un alumno, o un grupo de estudiantes, considera que se ha cometido una injusticia, nosotros supervisamos la prueba, corregimos de nuevo el examen y aplicamos el reglamento interno de cada Facultad y Escuela para poder evaluar al alumno", explica el director de la Oficina. Rafael Font recuerda cómo algunos profesores se asustan cuando el Defensor del Universitario les realiza cualquier consulta o les llama para hablar de los criterios de evaluación, pero cada vez están más dispuestos a colaborar ya que muchas veces se trata sólo de recabar información.

El resto de consultas que recibe la Oficina, instalada en el Aulario II de la Universidad, está relacionado con las pruebas de acceso a la Universidad y sus distintas posibilidades (15 en un año), las becas y ayudas al estudio (13 consultas) o los propios planes de estudio (26) donde el alumno quiere realizar una segunda carrera, o realizar un curso puente y no sabe bien cómo hacerlo, o las asignaturas que le convalidarán. Las consultas presentadas son verbales, bien presenciales o por teléfono, son cuestiones que se pueden resolver de manera rápida. También figuran, como consultas, las presentadas por el personal de la Universidad, tanto docente como investigador, relacionadas con cualquier tema de infraestructuras, servicios, accesos...

Las reclamaciones o quejas comportan rellenar un formulario de exposición de los hechos denunciados. "Aquí guardamos la máxima confidencialidad, no se trata de expedientes administrativos, sino de documentos internos que sólo interesan a las partes afectadas", indica el Defensor. En total se han presentado 64 quejas, de las que la mitad están relacionadas con la organización docente, 30 en total. De éstas 17 se han resuelto favorablemente para el demandante, una ha sido negativa, seis se han cerrado porque no se ha encontrado solución y otras seis están en trámite de resolución. Los alumnos también han presentado quejas sobre los planes de acceso a la Universidad (2), becas y ayudas al estudio (3), que por cierto se han resuelto de manera negativa, planes y normativas de estudios (3) y otras (8) relacionadas con los exámenes y desarrollo de las clases, de las que cuatro han sido positivas, una se ha cerrado y tres están en estudio. El personal de la Universidad ha presentado 5 quejas en total, y también se han tramitado cuestiones relacionadas con las infraestructuras del campus de Sant Vicent del Raspeig, como son los problemas de acceso a la red Internet desde el servidor de la Universidad o el tráfico en las inmediaciones del campus.

Sobre temas lingüísticos Rafael Font explica que "se han presentado quejas en los dos sentidos, tanto de castellanohablantes denunciando que sus clases son en valenciano, cómo alumnos que han optado por el valenciano y su profesor las imparte en castellano", indica el defensor del Universitario, convencido de "la necesaria y conveniente convivencia de las dos lenguas oficiales en la Universidad. Cuando detectamos que un departamento o institución margina cualquiera de las dos lenguas, actuamos". En ese sentido, Rafael Font espera lograr que los documentos oficiales, incluidas nóminas, que emita el rectorado sean todos bilingües.

En la Universidad de Valencia, sin embargo, casi el 38 % de las reclamaciones por escrito presentadas ante el Tribunal de Greuges por los estudiantes durante el curso 1998-1999 eran sobre la imposibilidad de cursar determinadas materias en valenciano, o bien sobre la inadecuación entre la opción lingüística en que se habían matriculado y la lengua en que realmente se impartían algunas materias. El Tribunal valora que "a pesar de la repetición de esta problemática, el número de reclamaciones no es tan alto como en cursos anteriores".

En esta universidad, el 83 % de las reclamaciones y consultas provienen del alumnado. En 21 casos eran relativas a problemas planteados por los centros y departamentos, o con la administración universitaria. La mayoría se refería a comportamientos de "falta de interés por la información objetiva" o de "escasa tolerancia en cuanto a actos administrativamente obligados" en la relación de estudiantes con docentes o la administración.

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Sobre revisión de exámenes ha habido tres reclamaciones. Al respecto, el Tribunal insiste en que "los profesores y los departamentos sean especialmente sensibles a este tema y publiquen", en tiempo y forma, "las normas de evaluación a que se refiere la normativa". Otro problema, "que se repite del curso pasado" y centra cuatro quejas, se refiere al papel que juega el POD (Plan de Ordenación Docente) como documento informativo y las modificaciones que se producen en el mismo. Varios estudiantes de la Universidad de Valencia, en fin, han expresado quejas sobre las consecuencias de la aplicación de la normativa de permanencia en la universidad, tema que el Tribunal liga al trato dado a los estudiantes del plan antiguo.

En la Jaume I, a falta de conocer los datos del curso 1998-1999, el informe del Síndic de Greuges del curso anterior recoge 48 instancias presentadas por el alumnado, de las cuales 13 estaban motivadas por la revisión de exámenes, 8 por convalidaciones de asignaturas, 7 por la concesión o denegación de becas y 3 por calificaciones y actas de notas. El número de expedientes tramitados por el Síndic ha experimentado una constante progresión desde los 29 de 1996 a los 65 de 1997.

La Politécnica creó la figura del Defensor en 1990. Desde entonces, ha tratado 157 expedientes, de los que el 45% son de alumnos. Entre los problemas detectados, su titular, José Soler, señala algunos sobre la propiedad intelectual de los trabajos de alumnos, doctorandos y miembros de equipos de investigación, así como de transición a los nuevos planes de estudio. Apunta que los alumnos recurren poco al Defensor en asuntos que les afectan como colectivo. Sugiere como explicación que "su representación colectiva funciona bien para estos temas y su acceso directo a las acutoridades académicas es bueno".

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