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La joven asesinada en Bilbao fue violada y recibió 53 puñaladas

La Ertzaintza investiga si la joven Virginia Acebes, de 19 años, cuyo cuerpo fue hallado apuñalado en el monte Artxanda de Bilbao el pasado lunes, se marchó voluntariamente con el autor o autores del crimen. El cuerpo de la estudiante presentaba 53 puñaladas asestadas en la zona del tórax, parte izquierda del abdomen y cuello, así como restos de semen. Las pesquisas parecen determinar que la joven llevaba 24 horas muerta cuando se halló el cadáver. Unas 2.000 personas asistieron ayer a su funeral.

Los primeros resultados de la investigación abierta por el asesinato de Virginia Acebes, estudiante de Ciencias Empresariales, apuntan a que el crimen fue cometido al menos 24 horas antes de que un tío de la joven encontrase su cadáver a la seis de la tarde del pasado lunes. Ello significaría que el autor o autores del asesinato retuvieron a la joven desde las tres de la madrugada del domingo, cuando se despidió de sus amigas para dirigirse caminando a su domicilio, hasta la tarde de ese mismo día.Este hecho induce a la Ertzaintza a pensar que la joven pudo permanecer esas horas en el vehículo en que fue trasladada al monte Artxanda. Tampoco se descarta que los captores pudieran mantenerla escondida en algún caserío de la zona. El dispositivo policial de rastreo en busca de alguna pista se inició el domingo a mediodía después de que un ertzaina fuera de servicio descubriese algunas prendas de Virginia en ese monte.

Los primeros datos mostraron que la chica había sido apuñalada "con ensañamiento" con una navaja en tórax y cuello y había sufrido agresión sexual, dado que fue hallada semidesnuda y con los pantalones bajados. Ahora se confirma que además en el cadáver hay restos de semen.

A pesar de que el juez decretó el secreto del sumario nada más localizarse el cadáver, ayer se confirmó que el número exacto de puñaladas eran 53 y que también se encontraban en la parte izquierda del abdomen. Medios de la investigación creen que la herida del cuello era necesariamente mortal.

La línea de investigación de la Ertzaintza se inclina por que la joven pudo aceptar el ofrecimiento de alguien que conocía para llevarla hasta su domicilio, en la calle de Ollerías de Bilbao, sita a unos diez minutos a pie de la estación del metro en donde se despidió de sus amigas a las tres de la madrugada del domingo.

Unas 2.000 personas asistieron ayer a los funerales por la joven asesinada, que se celebraron en la Iglesia de la Encarnación de Bilbao. La parroquia se quedó pequeña para albergar a las numerosas personas, en su mayoría jóvenes, que acudieron al lugar y que abarrotaron también la plaza colindante al templo. En la homilía se leyó una nota del Obispado de Bilbao que mostraba su solidaridad con la familia de la joven.

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