Cumplimiento del tratamiento

El ofrecimiento de apoyo psicológico adecuado a los enfermos de sida se está revelando como un factor clave para impedir que la enfermedad progrese por abandono o inadecuado cumplimiento del tratamiento. El abandono o incumplimiento del tratamiento, señaló Bonaventura Clotet, director del Laboratorio de Retrovirología de la fundación IrsiCaixa, durante el simposio sobre Erradicación del VIH celebrado ayer en el hospital Germans Trías i Pujol de Badalona, alcanza el 50% de los casos a los dos o tres años de haberse iniciado. Una mayor atención psicológica, afirmó, permite aumentar la "adherencia a la terapia hasta casi el 90% de los casos", motivo por el cual instó a la Administración a incorporar especialistas en los centros para asegurar el seguimiento de los enfermos.Las causas que llevan al abandono continúan siendo la elevada toxicidad de los tratamientos y la exhaustiva prescripción de fármacos cuya administración debe realizarse de forma escrupulosa para evitar rebrotes de la carga viral en sangre o resistencia a los medicamentos. Por ello, según indicó Douglas Richman, director del Centro de Virología e Investigación del Sida de la Universidad de California, en San Diego (EE UU), es preciso lograr fármacos "más potentes pero con menor toxicidad" al tiempo que, agregó Clotet, éstos permitan "simplificar el tratamiento".

La pastilla única contra el sida, insistieron ambos expertos, "todavía no existe". Lo que sí está disponible son diversas combinaciones de fármacos que, encuadradas bajo el término "terapias antiretrovirales altamente activas", permiten reducir la carga viral del VIH hasta niveles indetectables en sangre, lo que induce a pensar que pueda quedar latente en alguna parte del organismo, en especial el cerebro y en algunas zonas del sistema linfático, adonde los fármacos no tienen acceso.

En esta situación, la enfermedad "es controlable" y equiparable a una patología crónica, con medicación de por vida. Este punto ha sido puesto en cuestión en diversos centros del mundo que han iniciado ensayos para evaluar el riesgo de una interrupción controlada del tratamiento para permitir la recuperación del sistema inmunitario, gravemente dañado por la enfermedad. Según investigaciones realizadas en el hospital Germans Trías sobre un pequeño grupo de enfermos, presentadas en el mismo simposio, y que coinciden con las de otros centros, tras la interrupción se da un "rebote" de la carga viral y se obtienen respuestas "transitorias y moderadas" que no implican un deterioro clínico del enfermo. En todo caso, el mecanismo "parece seguro" y el rebote "controlable".