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Protesta laboral contra el holding de la abeja

Los trabajadores de Nueva Comarcal, la antigua Cooperativa Avícola de Reus, se manifestarán hoy en Madrid ante el edificio de Nueva Rumasa en protesta por la situación de inactividad en la que se encuentra la sociedad. La plantilla cobró ayer con veinte días de retraso la nómina correspondiente al mes de octubre, el mismo día en que se decidió interponer denuncia por un presunto delito de alzamiento de bienes contra el grupo de negocios del empresario José María Ruiz Mateos, dado que entienden que desde que éste se hizo con las riendas de la fábrica, ha procedido a la venta irregular de buena parte de sus activos.Los trabajadores de Nueva Comarcal, 170 en total, se han dado cita a las diez y media de la mañana en la calle Pablo Iglesias de Madrid, sede de Nueva Rumasa. La plantilla considera que la sociedad de Ruiz Mateos ha procedido a vender gran parte de los negocios y patrimonio de la antigua cooperativa avícola de forma irregular, antes de traspasar sus acciones a Cinira Investimentos, una firma portuguesa domiciliada en el paraíso fiscal de Madeira y de la que sostienen que actúa como tapadera de Rumasa.

Entre otros negocios desactivados figura el matadero de conejos o el de integración del cerdo y el pollo. Actualmente los trabajadores se encuentran inactivos y desde la semana pasada no se mata un solo animal. Unicamente se realizan piensos para Purina, que aporta su propia materia prima y sólo utiliza la mano de obra y la maquinaria.

Asimismo un palacete rodeado de tres hectáreas de terreno fue vendido por un total de 50 millones de pesetas, mientras que 32 hectáreas calificadas como industriales han cambiado de titular por únicamente 150 millones. A juicio de Teresa Fortuny, miembro de CCOO, era necesario poner en conocimiento de las autoridades laborales y judiciales "las extrañas maniobras de Nueva Rumasa" que, según sus palabras ha vendido a precios irrisorios el patrimonio de la empresa "a sociedades cuyo domicilio social es el mismo que el del grupo de Ruiz Mateos". Las 32 hectáreas fueron adquiridas por la sociedad Lop Buri 6000 SL, ubicada en la calle Pablo Iglesias, 39.

Los trabajadores temen que Cinira, actual propietaria de la empresa, trate de llevar la situación al límite para aplicar posteriormente un expediente de regulación de empleo, "e iniciar posteriormente el negocio en una situación precaria para los trabajadores, a lo que nosotros nos vamos a oponer", según explica Fortuny. Las deudas de la empresa ascienden a 800 millones, de los cuales 250 corresponden a la Seguridad Social. Asimismo reclaman que el Institut Català de Crèdit Agrari ejecute la hipoteca que mantiene y que se eleva a 650 millones de pesetas, con el objetivo de evitar que se postergue "la situación de especulación con el patrimonio empresarial".

El impago de la nómina de octubre y la falta de una explicación sobre las pretensiones de Cinira, que no ha mostrado, pese a prometerlo a través de su gerente, Angel Pío Sánchez, un plan de viabilidad claro ha motivado una sucesión de movilizaciones de los trabajadores, que llegaron, el pasado día cinco, a impedir la salida de Pío Sánchez de la empresa y cuyo máximo exponente es el que se celebra hoy.

La sociedad de Ruiz Mateos compró la antigua cooperativa comarcal a finales de 1998, aunque la gestionaba desde hacía un año y medio y atribuyó la crisis de la industria avícola a los malos tiempos que atravesó el sector del pollo por la contaminación por dioxinas detectada en Bélgica, que provocó un hundimiento de los precios en el sector.

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