Llamando a Europa
Para los dados al nerviosismo, hay turbulencias en las telecomunicaciones. (...) En Europa, Vodafone prepara una OPA hostil contra Mannesmann. Los espíritus más fuertes se alegrarán. Muchos de nosotros crecimos entre monopolios nacionales del teléfono. Este viejo modelo, lógicamente, es inservible. El explosivo crecimiento en las telecomunicaciones, en conjunción con los ordenadores, es de una envergadura global. Lo que ahora necesitamos, para empezar, son redes de alcance europeo. Las redes transatlánticas, sin lugar a dudas, vendrán después.¿Pero qué pasa con la competencia? No es algo que deba despreciarse: después de todo, un cambio de monopolios de propiedad pública local a uno privado global no es ninguna bobada. Pero, al menos por ahora, no hay peligro. (...) El caso de la compañía Mannesmann, (...) cuyo presidente dice que la empresa estaría en venta, supuesto que se ofreciera un precio razonable, es, después de todo, algo así como una prueba para el capitalismo alemán. Italia ya se enfrentó a esta prueba con ocasión del embrollo de Telecom Italia y Olivetti, y fracasó. Pero el comportamiento de las cotizaciones de Mannesmann es un testimonio implícito de que los inversores de todo el mundo creen que Alemania se ha apuntado a los principios internacionales que otorgan importancia de los accionistas. Que sea un precio justo para una acción es cuestión de los mercados. Pero en el negocio de las telecomunicaciones globales, como en ningún otro lugar, las reglas del capitalismo global deberían aplicarse sin lugar a dudas.
, 17 de noviembre
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