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El IRA acepta negociar el desarme

En un paso sin precedentes, el proscrito Ejército Republicano Irlandés (IRA) expresó ayer públicamente su intención de destruir sus arsenales, pero puso una condición: el desarme debe comenzar una vez que quede instalado el gobierno autónomo con el cual Irlanda del Norte intentará poner fin a tres décadas de violencia sectaria. Fue un histórico "adiós a las armas" en un escueto comunicado de doce líneas que automáticamente avivó las esperanzas de una solución al conflicto un año y medio después de la firma del Acuerdo de Stormont.

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El comunicado del IRA se hizo público menos de 24 horas después de que el Sinn Fein de Gerry Adams, el frente político del IRA, y el líder de los protestantes probritánicos del Partido Unionista del Ulster, David Trimble, dieran su apoyo a los esfuerzos del mediador George Mitchell para infundir vida al proyecto de paz. "El IRA está decididamente comprometido en la búsqueda de libertad, justicia y paz en Irlanda", afirma el comunicado. "El IRA está dispuesto a consolidar el proceso de paz y, consecuentemente, tras la formación de las instituciones acordada en el Acuerdo del Viernes Santo, el liderazgo del IRA designará un representante para participar en las discusiones con el general John de Chastelain y la Comisión Internacional Independiente de Desarme". Portavoces protestantes moderados describieron ese mensaje como "un paso importante".

Naturalmente, el nombre del delegado del IRA será un máximo secreto por razones de seguridad. Pero el hecho de que el IRA envíe a un representante a las discusiones con el general canadiense De Chastelain es un paso que avala la decisión de los extremistas republicanos de abandonar la lucha armada y entregar pistolas, fusiles, ametralladoras y explosivos para su total destrucción.

Lo que el IRA quiere es que la entrega de la primera bala coincida con la instalación del gobierno autónomo, en el cual Trimble, como ministro principal (el equivalente de un premier), acepte integrar a dos representantes del Sinn Fein. La actitud cautelosa del IRA refleja el enorme grado de sospecha republicana.

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, describió el comunicado del IRA como "el más reciente paso en la última serie de iniciativas positivas".

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Menos entusiastas eran las señales que emergieron del campo protestante. El partido de Trimble está profundamente dividido. En una esquina, Trimble y los suyos, que hasta hace poco condicionaban cualquier concesión con el mantra de "No desarme, no gobierno", hoy apoyan la aceleración del proyecto de paz. En la otra, los radicales que ven en tal actitud una imperdonable capitulación de aquellos que, como Trimble, coreaban la consigna unionista de "No a la rendición".

Si todo sale bien (algo que no suele suceder en el Ulster), el nuevo Gobierno podría celebrar su primera sesión hacia el 8 de diciembre. Todo esto depende del resultado de la batalla que Trimble se apresta a librar dentro del UUP para decapitar una revuelta en marcha y mantenerse en la jefatura. Trimble estaba anoche reunido con la plana mayor de su partido. Su plan: convocar al Consejo Unionista del Ulster, el máximo organismo de 890 representantes del campo protestante, a una conferencia extraordinaria a fines de mes. Allí tratará de obtener el apoyo para seguir adelante con su estrategia de pasmosa cordialidad con el Sinn Fein, formar gobierno y comenzar un nuevo capítulo en la historia del Ulster.

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