_
_
_
_
_

El plan de actuación municipal barcelonés prevé invertir 120.000 millones

Joan Clos, alcalde de Barcelona, presentó ayer el plan de actuación municipal (PAM) que prevé unas inversiones de 120.000 millones en los próximos cuatro años. Clos aprovechó para anunciar el nombramiento de Josep Antoni Acebillo como arquitecto jefe de Barcelona, un cargo que incluye las competencias relativas a la arquitectura y también al urbanismo. Pere Navarro asumirá la dirección del área de circulación.

Más información
20 prioridades

Barcelona no quiere renunciar a un proyecto de ciudad global. Y para ello, Clos ha puesto al frente del diseño de la ciudad a un arquitecto que reúne dos condiciones. La primera: su entera confianza; la segunda: tiene una cabeza en la que cabe Barcelona. Josep Anton Acebillo ha pasado en poco más de un mes de ser un hombre supuestamente en la cuerda floja (la oposición pedía su cabeza como responsable de las obras de la plaza de Cerdà y del túnel de Mitre) a ser la primera autoridad en materia de obras en la ciudad.Las dos cualidades de Acebillo permiten sacar adelante el proyecto de Clos: una ciudad global, pensada como un todo y no mera suma de iniciativas públicas o privadas. Clos rechazó ayer que esté ocurriendo algo por el estilo, pero en los últimos meses, destacados arquitectos y urbanistas habían empezado a reclamar que el Ayuntamiento contemplara la ciudad como un todo y a apuntar que se daba demasiada iniciativa al sector privado.

El nombramiento de Acebillo abre la puerta a formar el consejo de arquitectos e ingenieros que asuman la dirección de la ciudad. Hace unos días, un íntimo colaborador de Acebillo en Barcelona Regional, el abogado Ramón García Bragado, fue nombrado responsable del urbanismo municipal.

Clos anunció un segundo nombramiento: el ex gobernador civil de Girona, Pere Navarro, asumirá la dirección del tráfico de la ciudad, un asunto del que el propio alcalde ha dicho que se está convirtiendo en el principal problema de Barcelona "por el aumento de demanda de suelo público", precisó ayer.

El PAM incluye diversas actuaciones relacionadas con ambos asuntos. Así, las obras previstas en la ciudad superan las 500, con unas inversiones que alcanzan los 60.000 millones, casi la mitad del presupuesto. Clos, que ha pactado estas inversiones con sus socios de gobierno (IC-V y ERC), justificó ayer estas medidas en dar prioridad a los ciudadanos y a los rincones de cada barrio y distrito.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El segundo ámbito, el de circulación, exigirá una intervención drástica, pero, sobre todo, requerirá una potenciación del transporte público. Clos aprovechó ayer para reclamar una mayor atención e inversión del Gobierno de la Generalitat para Barcelona con el fin de evitar que la ciudad "no pueda aprovechar las ventajas que tiene".

Lo cierto es que el Gobierno municipal evita pronunciarse sobre el asunto de forma contundente, pero empieza a sospechar que detrás de los retrasos en esta materia hay un proyecto que pasa por reducir el peso de la ciudad sin tener en cuenta que si ésta se mueve lo hace acompañada de la región metropolitana y, en definitiva, del conjunto de Cataluña.

Clos insistió ayer en el carácter esencial de las infraestructuras, la mayor parte de las cuales se hallan relacionadas con el transporte público y cuyas inversiones dependen del Gobierno central y del autónomo. "Pido generosidad para estos factores que estructurarán la Barcelona del siglo XXI", dijo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_