Ramoneda resalta el peligro de que la economía absorba lo político

La democracia triunfa hoy día como modelo universal y, sin embargo, se ha desvirtuado lo que constituía su alma: la política. Esto es lo que sostiene el filósofo y periodista Josep Ramoneda, quien ayer presentó en Madrid su libro Después de la pasión política, una crónica de cómo de una época de pasión política e ideologías se ha llegado a una sociedad de globalización e indiferencia. "En la sociedad de la indiferencia política, los parlamentos adquieren un papel estrictamente simbólico y las decisiones que conciernen a todos emanan de los despachos de especialistas encargados de la gestión del poder económico, a los que apenas llega el control democrático", escribe Ramoneda. Esta absorción de lo político por la economía, advierte, le parece "peligrosa".En su libro, que fue presentado por los periodistas Carlos Llamas, Javier Pradera y Kepa Aulestia, Ramoneda ha tratado de dar el "testimonio de una generación", con un hilo conductor: "La idea de desenmascarar el camuflaje de lo que es propio de la política en la política actual". Como solución, el periodista y filósofo propone recuperar la idea de resistencia. Ésta consistiría en "no acomodarse a los prejuicios de manera automática y reconocer, que si se comparten prejuicios es por simpatía", afirma Ramoneda.

En su opinión, la pasión política tuvo su tiempo y se acabó, pero, asegura, la única clave de la revitalización de la política está en que alguien sea capaz de formular un camino diferenciado. Mientras, él opina que la sociedad ha dado sus propios "síntomas de desafección". Es el caso, dice, de las movilizaciones tras el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. "Era una advertencia a los políticos de que las cosas deben hacerse de otra manera".