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Valerio Manfredi pone la Roma imperial como ejemplo para la unidad europea

El arqueólogo y novelista italiano Valerio Massimo Manfredi defiende que la historia une más a los pueblos europeos que las decisiones tomadas al más alto nivel político comunitario. El Imperio Romano, dice, fue un buen ejemplo de convivencia civil para el proceso de unidad europea. Manfredi se ha dado a conocer en todo el mundo con la trilogía Aléxandros, inspirada en la biografía del conquistador macedonio Alejandro Magno, de la que ha vendido sólo en Italia más de un millón de ejemplares.

Manfredi pronunciará esta tarde en Bilbao la conferencia La Italia anterior a Roma: amalgama de culturas y modelo de identidad, en un ciclo de actividades dedicadas a Italia, organizado por el Centro de Información del Euro en Vizcaya (Auditorio de la Universidad de Deusto; 20.00). El próximo jueves, una gala en el Palacio Euskalduna con un desfile de moda de firmas italianas y un concierto de coros de ópera, cerrará el ciclo. "La ópera y la moda es la imagen de Italia más popular, junto con la comida", reconoce Manfredi. "Son iconos, identificación de conceptos complejas con una idea inmediata", añade.Manfredi, de 56 años, es además de novelista, catedrático de Arqueología, y responsable de numerosos proyectos de excavaciones de expediciones científicas, que le han convertido en un acreditado experto en historia del mundo antiguo.

Su experiencia en el estudio de los pueblos del continente europeo con anterioridad a la creación del Imperio Romano le ha convencido de que el proceso es paradigmático para una construcción europea contemporánea, unida y respetuosa con las diferencias de sus miembros. "Los pueblos prerromanos, como los etruscos, los vénetos o los latinos, llegaron a experiencias fantásticas de desarrollo cultural", explica.

Confederación de autonomías

"Al final se acercaron en una experiencia común bajo la organización romana, con autonomías locales muy fuertes. La municipalidad fue una invención romana, que se basa sobre la estructura urbanística de las culturas mediterráneas. El imperio romano no fue otra cosa que una enorme confederación de autonomías locales", prosigue el autor.

Manfredi recuerda con entusiasmo que los más grandes emperadores de Roma procedían de la Península Ibérica y otros de Arabia, y que el Imperio fue capaz de absorber una religión oriental como el cristianismo y una cultura política compleja como la griega. "La romanidad no fue un hecho étnico, sino que se identificó por una manera de concebir la comunidad y el Derecho. Es una lección porque fue la única experiencia de convivencia civil multiétnica que ha funcionado por cinco siglos", afirma. "Al inicio fue construida con opresión, pero luego las legiones estuvieron en las fronteras, no en el interior", apostilla.

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El autor de Aléxandros, que lleva ya más de medio millón de ejemplares vendidos en lengua castellana y es un best seller en la mayoría de los países hispanoamericanos, vaticina que la personalidad de los pueblos europeos, que hunde sus raíces en una historia común, se resistirá a la homogeneización del proceso de unidad europea.

Manfredi se declara un europeísta convencido. "Una suerte de confederación europea es una garantía de paz, de prosperidad y de equilibrio a nivel mundial", asegura. "Pero no podrá ser nunca como los Estado Unidos. Será una confederación en el respeto total a la personalidad de cada pueblo y a la tradición, que es un tesoro. La uniformidad lleva a la banalidad", finaliza.

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