"Sólo la pasión por la música puede unir la clásica y el rock"
La música clásica y el rock han sido dos vertientes irreconciliables dentro de la música durante décadas. No han faltado intentos de acercarlas, pero pocas veces ha habido un auténtico entendimiento. El trabajo que ha hecho Metallica con la Orquesta Sinfónica de San Francisco tampoco ha logrado aplastar esa barrera. James Hetfield, cantante del célebre grupo de heavy metal californiano, considera que la experiencia de grabar el disco S & M ha sido muy estimulante para ellos, aunque no está tan seguro de que los músicos de la orquesta hayan disfrutado por igual."Algunos de los músicos nos entendieron de inmediato y otros tardaron más", dijo ayer en Madrid. "Era importante que ellos comprendieran la forma en que trabajamos nosotros. El lazo que nos une es la pasión por la música. Ellos han crecido y se han educado en la música, y nosotros hemos aprendido a nuestra manera, escuchando discos de Black Sabbath y otros grupos; hemos aprendido de oído, hemos aprendido apasionadamente y le hemos dedicado nuestra vida a la música. Muchos de estos músicos sólo leen la música, en vez de escucharla. Nosotros no somos perfectos, a veces entrábamos fuera de tiempo, pero es que muchas veces nuestras canciones se aceleran o se hacen lentas de acuerdo al día y la situación".
"Algunos de los profesores de la orquesta eran un poco estirados", prosigue Hetfield, dando chupadas a su puro. "Era su trabajo y cumplían su horario a rajatabla, interrumpían el ensayo a mitad de una canción. Y nosotros a veces les decíamos: "Qué tal si hacemos una jam, ahora que ha surgido esta especie de magia". "No, tenemos que parar ya", nos respondían. Es otra de las cosas que diferencian a estos dos mundos. Pero había algunos que sí nos comprendían mejor, quizá porque nos conocían por sus hijos. Aunque había uno, el que tocaba el arpa, que nos sorprendió. Llega el tío en una moto enorme, con los brazos tatuados, y resulta que era el arpista. Yo siempre me había imaginado que el arpa debía tocarla una mujer etérea envuelta en tules, pero el arpista de la orquesta era más bien duro".
Hetfield también tiene tatuajes en los brazos y va vestido completamente de negro. Es alto y fornido, sólido. Pero hace honor al conocido buen humor y simpatía de los californianos. "Nosotros aprendimos mucho, espero que ellos sacaran algo también. Hay poder en ambos mundos y la forma de obtenerlo te lleva por distintos caminos. Los respetamos por su conocimiento de la música. Cuando Michael Kamen escribió las partituras, a nosotros nos parecían un puzzle. Había tantas variantes y características de cada instrumento...".
La combinación de fuerzas expresivas entre ambos tipos de música, en este caso, enfatizan el sentido épico que siempre cultivó Metallica. "El trabajo que hicimos en el estudio es de los más intensos de nuestra carrera", afirma Hetfield. "Lograr el perfecto equilibrio entre ambas para que no se perdiera la fuerza de Metallica requirió un trabajo minucioso. Queríamos situarnos en el límite para que nuestros viejos admiradores pudieran escuchar versiones nuevas de nuestras canciones más conocidas, y para ello quizá tuvimos que sacrificar un poco las guitarras en favor de las melodías".
Hay sólo dos canciones nuevas en este disco. Pero Metallica, una banda con casi veinte años de trayectoria, tiene mucho futuro y muchos temas nuevos por sacar, según su cantante. "No hemos parado en mucho tiempo y a principios de año descansaremos unos meses. Pero para el 2001 habrá un disco nuevo de Metallica".
"Lo principal en esto es hacer de tu vida como músico un reto diario. Eso es lo que cuenta, y no el corte de pelo, el tipo de contrato o lo que diga la casa de discos. Si no tienes una buena canción, todo lo demás sobra", añade.
"Hay quien dice que el rock ha muerto; no ha muerto, sólo que ya no es tan popular. La buena música no tiene por qué ser popular. Nosotros nos hemos concentrado en lo nuestro y hemos seguido igual en los buenos y los malos tiempos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.