La flota de ambulancias de la Cruz Roja en Valencia ha bajado un 40% desde 1997
La flota de ambulancias de la Cruz Roja en la provincia de Valencia se ha reducido en un 40% desde 1997. En aquel año se aprobó una ley autonómica que obligaba a jubilar las ambulancias que hubieran cumplido siete años de servicio, para incrementar la seguridad de los pacientes que trasladan. Pero, por falta de recursos económicos, las asambleas locales de la Cruz Roja en diversos municipios no han podido reemplazar a la mayoría de las ambulancias que van cumpliendo la edad del retiro, de modo que la flota ha menguado desde el medio centenar de vehículos sanitarios que tenía en 1997 a la treintena actual.El coordinador de emergencias de Cruz Roja, Santiago Bayarri, advierte que esta disminución de ambulancias afecta, sobre todo, a comarcas del interior. Explica que, al ser las zonas menos pobladas y más alejadas (por tanto menos rentables para los servicios de ambulancias concertadas) el traslado urgente de enfermos y accidentados en estas comarcas dependía en gran medida de la Cruz Roja. "Ahora, en zonas como Ayora o Utiel nos hemos quedado sin ambulancias, al haber cumplido siete años los vehículos, con lo que tienen que acudir de otras partes y aumenta el tiempo, hasta 30 o 40 minutos, que deben aguardar las víctimas para ser evacuadas", resalta Bayarri.
La jubilación también ha afectado a los municipios costeros y del área metropolitana, que en muchos casos, como Sagunto, Tuéjar, Gandia u Oliva "sólo disponen de la mitad de la flota de ambulancias con la que contaban hace dos años, lo que impide atender todo el volumen de emergencias que cubría la Cruz Roja en 1997". Bayarri subraya que la mencionada ley no debía haberse aplicado a la Cruz Roja. "Nuestras ambulancias no realizan, ni de lejos, tantos servicios ni recorren tantos kilómetros como las del Servei Valencià de Salut o las de empresas privadas, ya que pasan bastante tiempo paradas", destaca, "por eso cuando cumplen siete años todavía se encuentran en buenas condiciones". Pero como la ley lo impide, tras el séptimo aniversario llevan la ambulancia a un taller para que la adapten y la reconviertan en un vehículo destinado a otro uso, como el traslado de personal de la Cruz Roja, actuaciones de servicios sociales o carga de material. En estos momentos tienen una decena de ambulancias jubiladas en los hangares de la Cruz Roja del Mar en Pinedo.
Lejos de solucionarse, la escasez de ambulancias se agrava cada vez más. "Desde el verano, en la base de Pinedo hemos retirado cuatro ambulancias y sólo hemos podido adquirir una, y a final de mes tenemos que jubilar otras dos", advierte Bayarri, y asegura que la situación es similar en la mayoría de asambleas locales.
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