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Dos investigadores acusan a Ignazio Silone, cofundador del PCI, de haber sido colaborador de Mussolini

La reputación de Ignazio Silone, conocido escritor italiano y fundador con Antonio Gramsci del Partido Comunista de los Italianos (PCd"I), en 1921 (primeras siglas del PCI), está en entredicho. Una serie de cartas escritas presuntamente por el autor de Fontamara, entre 1924 y 1930, y localizadas en los Archivos Centrales del Estado por los historiadores Dario Bocca y Mauro Canali, vendrían a demostrar que el escritor, fallecido en 1977, colaboró durante años (desde el final de la I Guerra Mundial) con la policía política fascista, facilitándole datos sobre los movimientos de los dirigentes comunistas italianos, muchos de ellos en el exilio.La publicación de parte de este material en la revista Nueva Historia Contemporánea provocó ya en su día una áspera polémica entre los intelectuales italianos, que se ha reavivado recientemente con el anuncio por parte de Canali de la existencia de nuevos documentos comprometedores para Silone, conocido entre la militancia comunista como Secondino Tranquilli.

La primera persona que ha reaccionado violentamente contra el proyecto revisionista ha sido la viuda de Silone, Darina Laracy, que ha calificado de "infames" las revelaciones de Bocca y Canali. Otros intelectuales, como el anciano periodista e historiador Indro Montanelli, que conocieron a Silone, han rechazado también con virulencia la tesis de los dos historiadores.

Canali se ha defendido. "No se pueden negar los resultados de la investigación histórica", declaraba a La Repubblica, recientemente. Pero, ¿cúales son estos resultados? Para empezar, Canali recuerda que hace tiempo que se conocía, gracias a una serie de cartas e informes sobre las actividades clandestinas del PCI, redactadas por Silone y entregadas a la policía de Mussolini entre 1928 y 1930, esta oscura relación del escritor comunista con sus enemigos políticos. "Todo esto fue descubierto por Bocca en los archivos", señala Canali.

Los admiradores y conocedores de Silone habían justificado este hecho, considerándolo un intento desesperado de ayudar a su hermano Rómulo, detenido en 1928 por la policía fascista a raíz de un atentado ocurrido en Milán.

Sin embargo, entre los recientes hallazgos del equipo Canali-Bocca figuran nuevas cartas, una de ellas fechada en 1924, es decir, mucho antes de la detención del hermano del escritor, y firmadas con el seudónimo Silvestri, que demuestran la existencia de una relación antigua de Silone con la policía fascista, en concreto con Guido Bellone, uno de los responsables máximos de la misma. Muchos de los intelectuales que se resisten a digerir la idea de un Ignazio Silone confidente del enemigo, insisten en no aceptar que el tal Silvestri sea efectivamente Silone-Tranquilli. Los historiadores se muestran, sin embargo, absolutamente seguros.

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