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75º ANIVERSARIO DE RADIO BARCELONA

Tras el micrófono

Radio Barcelona ha sido escuela y plataforma de grandes comunicadores. Desde sus inicios creó un star system que, en muchos casos, ha atravesado los límites de Cataluña. Nombres como Joaquín Soler Serrano, Pepe Iglesias, el Zorro; Joaquín Prat, Maruja Torres, Jaume Figueras, Isabel Gemio, Inés Ballester, Fermín Bocos, Manuel Campo Vidal, Constantino Romero, Jordi González, Jordi Hurtado, Àngel Casas, Concha García Campoy, Joaquim Maria Puyal, Josep Cuní, Ferran Martínez, Fernandisco; Ramon Pellicer y un largo etcétera están vinculados a la emisora decana de la radiodifusión española. Con motivo del 75º aniversario de la radio, EL PAÍS ha hablado con profesionales que han dejado su huella en la emisora de la calle de Casp o cuyo nombre está escrito en la historia de la radio. Éstos son algunos de sus recuerdos y opiniones de su relación con Radio Barcelona. - Joaquín Soler Serrano, comunicador. "Tuve la suerte de entrar en la radio cuando todo estaba por hacer, cuando prácticamente no existían reglas; por eso inventar era casi una obligación. Después de la guerra no quedaron más que los discursos de Queipo de Llano... Hoy en día, en cambio, si uno se quiere perpetuar en el medio sin el menor esfuerzo, le basta con leer los titulares de los periódicos y pedir la opinión a la gente. Todo es hablar de política sin cesar, y de vez en cuando un poco de fútbol para distraerse".

- Salvador Escamilla, promotor de la nova cançó. "De vez en cuando nos llamaba el censor y nos recriminaba nuestra actitud. "¿Por qué habla tanto en catalán en su programa?", me preguntaba. Y yo, con toda la sinceridad de que era capaz, le respondía: "Es que se me ha escapado".

- Juan Soto Viñolo, guionista del consultorio de Elena Francis. "Los remitentes de las cartas casi siempre llevaban nombres de mujer, y el consejo que me venía impuesto era que tuvieran paciencia y que aguantaran, nunca se les aconsejó que se separaran. A través de las cartas se veía a qué había conducido el nacional-catolicismo: había conducido a una represión fortísima, a unas creencias católicas oscuras y basadas en la culpabilidad, a la defensa a ultranza de la virginidad, del matrimonio... Se imponía una moral que venía de El Pardo y de la Iglesia".

- Carles Sentís, director de la emisora entre 1974 y 1975. "Lo que hice en Radio Barcelona fue crear los servicios informativos, que no existían. La emisora conectaba hasta entonces en cadena con los boletines oficiales. De hecho, sólo podíamos dar noticias de Barcelona, por supuesto en castellano. Abrí un espacio llamado Dietari, que intenté que fuera en catalán desde el principio. Para conseguir la autorización llegué a visitar hasta tres directores de radio y televisión, uno de ellos Adolfo Suárez".

- Manuel García-Terán, director durante la transición política. "La información en aquella época era una locura. Los informativos sólo podían hablar, por ejemplo, del mercado del ram de Vic y, aun así, tocándotela con papel de fumar. Una vez nos cayó un puro por informar sobre un viaje a la Luna. Según la censura, la Luna era el extranjero, por lo que la noticia era internacional, o sea, fuera de nuestras competencias. Tuvimos marrón".

- Isidro Sola, actor. "Eran otros tiempos. Entonces no había la competencia de la televisión, y los sábados por la noche, por ejemplo, la gente se sentaba ante la radio y la miraba para escuchar los programas. Cada época tiene su radio y la de ahora es muy adecuada a los tiempos que vivimos: se llena con información, música, entrevistas y tertulias, muchas tertulias".

- Isabel Gemio, presentadora de La chica de la radio. "Escribía el guión y hablaba, leía poemas, ponía música e incluso me ocupaba del control. Eran seis horas de programa cada noche, pero seis horas ante el micrófono, sin dejar de hablar. Tuvimos un gran éxito: era una propuesta valiente, atrevida".

- Andreu Buenafuente, showman. "El 80% de El terrat era improvisado, sobre todo al principio. Luego el guión fue adquiriendo importancia, aunque nunca se sabía lo que iba a ocurrir. Éramos un desastre. A veces terminábamos el programa con 20 cuñas publicitarias por emitir y la consiguiente bronca de los anunciantes. Pero esa irresponsabilidad era básica porque nos permitía romper no sólo la cintura del oyente, sino también la nuestra".

- Jaume Figueras, crítico cinematográfico. "Una de las pegas que tenía Al cine con Mr. Belvedere era la censura. Aunque no hubo reprimendas graves. Todo un milagro teniendo en cuenta que improvisábamos continuamente -nos gustaba anunciar, por ejemplo, la futura première de un inexistente filme titulado Penetration- y hablábamos a los oyentes de películas prohibidas aquí que nosotros veíamos los fines de semana en Perpiñán y Ceret".

- Armand Matias Guiu, guionista. "Los espacios infantiles jamás han interesado demasiado a los jefazos de las emisoras. Tambor, que duró 17 años, fue una excepción en la historia del medio".

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