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Entrevista:

"Reclamo el derecho de los políticos a dirigir las cajas"

La llegada de Juan Pedro Hernández Moltó, 49 años, a la presidencia de Caja Castilla La Mancha ha vuelto a poner al rojo vivo el debate sobre la conveniencia de que los políticos se pongan el frente de la gestión de las cajas de ahorros.Hernández Moltó, quien acaba de dejar su escaño de diputado en el Congreso y que compatibilizará su cargo en la caja manchega con la presidencia del grupo socialista en el Ayuntamiento de Toledo, no rehúye la cuestión y reclama su "derecho" a dirigir la entidad "a pesar de ser político". Cree en las fusiones entre cajas de la misma comunidad y que es pronto para las transregionales. Considera un pecado cambiar la naturaleza jurídica de las cajas y apuesta por la creación de un banco industrial de cajas de ahorros.

Pregunta. ¿Considera justificado el aumento de la presencia de los políticos, como usted, en los órganos de gestión de las cajas de ahorros?

Respuesta. Ésta es una crítica respetable e interesada, lo cual es perfectamente compatible. Las cajas tienen un origen legal que determina que son entidades de carácter público, sin el concepto del accionista de la empresa privada. Por tanto, el consejero general de una asamblea de cajas no está en este órgano en función de sus acciones, sino de los ciudadanos que han dado el respaldo a un determinado partido político. Esto es impecable. Otra cosa es que nosotros podamos y sepamos superar que la relación entre decisión política-institucional y la gestión de la entidad no sea automática. Eso hemos sabido hacerlo durante mucho tiempo.

P. Este planteamiento no supone limitar a las cajas.

R. Las cajas son libres para tomar decisiones. Nosotros hemos querido una simbiosis entre una evidencia social y una situación económica. En esta región hay una mayoría de ciudadanos, que son clientes de la caja, que apoyan un determinado proyecto de hacer región. Y a ellos no les repugna que en sus instituciones, en sus empresas, haya personas con una determinada identificación. Por tanto, hemos sido escrupulosos con el sentido de esta situación y hemos querido hacer llegar el mensaje de que los representantes públicos que han venido a estas instituciones tienen una formación que les hace capaces de hacerse cargo y dirigir correctamente entidades como una caja de ahorros.

P. Pero ustedes son políticos, no gestores.

R. Mi oficio no es el de diputado, aunque la gente me haya conocido por él. Mi oficio es el de economista. Mi actividad pública y privada ha estado relacionada siempre con el mundo económico y financiero. Lo que no puedo aceptar es que un compromiso social invalide profesionalmente a nadie. Es verdad que yo he llevado mi compromiso político sin tapujos. Pero igual que yo respeto a otras personas que con un compromiso social a veces anónimo son dirigentes empresariales solventes, yo reclamo también ese derecho, esa posibilidad, ese voto de confianza para dirigir una entidad como una caja de ahorros.

P. ¿Por qué se identifica a un político con un mal gestor?

R. Probablemente porque la tradición de las administraciones públicas en este país no ha sido todo lo pulcra que podía haber sido. Éste es un debate permanente aquí y fuera. Lo importante es que un país evolucione y que los ciudadanos puedan tener confianza en sus políticos.

P. ¿Va a ser Caja Castilla La Mancha el brazo armado financiero del Gobierno de José Bono?

R. Quienes dicen eso probablemente no están equivocados, aunque la expresión no sea afortunada. Es evidente que la caja de ahorros tiene que ser un instrumento de cooperación para el desarrollo económico de Castilla La Mancha. Y eso ha de hacerlo con un criterio de empresa, de una empresa con representación política. Y yo no hablo de partidos políticos, hablo de consejeros políticos, independientemente de cómo hayan sido elegidos. Yo creo que la caja está en condiciones de estar por encima del debate político de la región. Tengo la impresión de que en los partidos políticos hay una preocupación porque las cajas sean un instrumento financiero solvente, sólido y estable. Eso lo he percibido no sólo en mi formación política, sino también en el Partido Popular. La caja de ahorros no debe estar al margen de la política económica que se hace en esta región. No estaría cumpliendo su misión.

P. ¿Cree que el criterio región debe imponerse al criterio rentabilidad en una caja?

R. Para que la caja sea útil a la region ha de ser rentable. La primera prioridad es que la caja sea rentable y adaptada al mercado para trabajar por la región. Aunque también he de decir que no ha de limitarse exclusivamente a operar en Castilla La Mancha. Ha de ser un instrumento de transferencia de renta, de negocios de Castilla La Mancha en otras comunidades. La caja que se circunscriba a su territorio original está condenada a extinguirse. Deben ser ambiciosas, no deben ser aldeanas.

P. ¿Eso quiere decir que Caja Castilla La Mancha va a emprender un fuerte plan de expansión?

R. Estamos en condiciones de acometer nuevos retos. Yo no veo a Caja Castilla La Mancha sin una fuerte presencia en el mercado industrial del sur de Madrid, en el corredor del Henares o en la Comunidad Valenciana, donde hay muchos intereses manchegos. Estamos en el grupo de cajas que están al borde del billón de pesetas y queremos superar ese listón.

P. ¿Cómo va a ganar tamaño?

R. Creo que el futuro de nuestra caja y el de otras cajas está en el sector industrial. Debemos unirnos para apoyar proyectos solventes y ambiciosos. Tarde o temprano tendremos un banco industrial de cajas de ahorros, que canalice estos proyectos.

P. ¿Va a intentar una fusión con la otra caja de la comunidad, la de Guadalajara?

R. El desenlace natural es una fusión con Caja Guadalajara. Pero esa unión hay que hacerla con cuidado, mandando un mensaje de colaboración a Caja Guadalajara. Junto somos más y, en ese sentido, se abre una etapa de cooperación que debe llevar naturalmente a una fusión. Yo no concibo dos cajas en Castilla La Mancha. Ahora bien, tampoco concibo una caja en conflicto.

P. ¿Es posible que haya fusiones de cajas de comunidades autónomas distintas?

R. En los próximos quince años no se va saltar la barrera autonómica. Primero y principal, porque hay una gran relación entre caja y comunidad. Y segundo, porque hay que madurar no sólo las fusiones que se han hecho, sino que también deben madurar las propias regiones, que sólo tienen 20 años de vida. Los parlamentos y los gobiernos autonómicos son muy celosos de sus cajas. Por ello, creo más en la cooperación que en la fusión para desarrollar las cajas.

P. ¿Es posible una fusión de las seis cajas andaluzas?

R. Sé que es difícil, pero me parece un horizonte lógico, legítimo y, muy probablemente, conveniente. Yo no me quiero meter en los debates de otras comunidades autónomas, pero que nadie se equivoque, cuando se entra en un proceso de fusión sólo hay un destino: un única caja.

P. ¿Estima conveniente una ley marco nacional que regule ciertos aspectos básicos del sector para todas las comunidades autónomas?

R. Hay un gran problema, y es que el desarrollo autonómico ha trasladado las competencias sobre las cajas a las comunidades. Yo me resisto a pensar que en las comunidades autónomas haya menos sentido común que en el Estado. El gran pacto de los partidos políticos no es hacer este tipo de legislaciones, sino el de incorporar a las entidades gente con solvencia profesional. Y en este sentido, lo que se ha hecho en la Comunidad de Madrid es un ejemplo a seguir. Caja Madrid es el resultado del sentido común político, antes y ahora. La Caixa, también.

P. ¿Es necesaria una transformación jurídica de las cajas, dar entrada al capital privado?

R. El día en que se modifique el carácter público de las cajas, éstas habrán perdido un porcentaje altísimo de su razón de ser. El día en que pierdan su arraigo territorial empezará el principio del fin de las cajas.

P. ¿Se debe renovar la CECA?

R. La CECA, a la que me incorporaré como consejero en su próxima reunión, es una institución útil de convergencia de cajas.Pero no es el sustituto de ninguna caja. Hoy hay tan buenos profesionales en la CECA como en la mayoría de las cajas.

P. ¿Teme las fusiones bancarias?

R. No. Son movimientos lógicos, anunciados. A mí me parece bien que el sector bancario español vaya tomando una dimesnión europea. El único riesgo que puede haber es que se centren demasiado en la competencia internacional y olviden un tanto el interior. Eso no sería bueno para el funcionamiento del sector financiero nacional.

P. ¿Afectarán a la competencia?

R. No, más bien al contrario.

P. ¿Cuánto va a estar al frente de Caja Castilla La Mancha?

R. Por lo menos cuatro años, que es el compromiso que me ha traído aquí. A veces pienso que cuatro años no es un periodo suficiente para que un proyecto madure. Pero hacer cualquier afirmación tajante sería aventurado.

P. ¿Su llegada a este puesto significa el inicio de una ofensiva del PSOE en el mundo de las cajas?

R. Mi nombramiento ha sido más natural de lo que puede parecer. En el PSOE pensamos que ha llegado el momento de preocuparnos más de las cajas, aunque nunca las hemos desatendido. Es verdad que mi intención es dedicarme a este objetivo dentro del partido, aprovechando la experiencia que vaya acumulando en la caja y en la CECA.

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