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El PP se pliega en Vitoria al PSE para no prorrogar las ordenanzas fiscales

El gobierno en minoría del PP y UA en el Ayuntamiento de Vitoria superó ayer su primera gran prueba en materia económica. Fracasado su acercamiento al PNV, el equipo de Alfonso Alonso tuvo que plegarse a las exigencias de los socialistas para evitar una derrota en las ordenanzas fiscales, un proyecto que supone el preludio del debate sobre los presupuestos municipales. Entre las concesiones del PP destacó la subida del 3,5% en el impuesto de vehículos, aunque el concejal de Hacienda lo justificó asegurando que se congela.

El debate sobre las ordenanzas no terminó ayer, pese a las nueve horas que le dedicó la comisión de Hacienda. Para hoy queda un aspecto polémico: las tarifas del agua para el año próximo. El PP y Unidad Alavesa llegaron al debate con la amenaza de una prórroga de las ordenanzas vigentes. La coalición nacionalista PNV-EA y el PSE, los dos principales grupos opositores, partían en posiciones de fuerza. De hecho, los nacionalistas rompieron las negociaciones con el equipo de gobierno hace más de dos semanas, pese a haber ultimado un acuerdo.Los socialistas presentaron una serie de exigencias, resumidas en cinco puntos, para apoyar el proyecto del PP: "Que quienes tengan más capacidad económica aporten más, que los consumidores no se vean afectados por las privatizaciones de grandes empresas públicas, que quienes más consuman paguen más, que se mejore el tratamiento a las familias numerosas y que se implanten medidas disuasorias para que no sea demasiado fácil incumplir los plazos de urbanización y construcción por parte de los promotores", explicó su portavoz en Hacienda, Patxi Lazcoz.

Esos principios se tradujeron en 16 enmiendas al proyecto del PP. De las que se discutieron ayer, el equipo de gobierno municipal aprobó a los socialistas todas excepto una, que quedó retirada. También accedió a sacar adelante una propuesta de Euskal Herritarrok y otra de Izquierda Unida. Todo ello se produjo sobre la marcha, sin haber alcanzado un acuerdo previo a la reunión, de modo que se dio una inusual negociación de enmiendas y cambio de propuestas. En cambio, el debate entre el PP y los nacionalistas se recrudeció con habituales enfrentamientos, en que los populares acusaron al PNV de "intentar el boicoteo" de la gestión municipal.

Impuesto de vehículos

La alteración principal aceptada al PSE-EE se refiere al impuesto de vehículos de tracción mecánica. El PP y UA proponían aumentar el 2% correspondiente al IPC. Los socialistas reclamaban una subida del 5%. Al final, se quedó en un término medio, el 3,5%. El concejal de Hacienda, Javier Maroto, admitió que la cifra final no se ajusta a los compromisos adquiridos por su partido, el PP, en la campaña electoral, donde propuso subir los impuestos de acuerdo al IPC. Sin embargo, justificó su apoyo asegurando que en realidad el 3,5% es el equivalente a la suma del IPC previsto para el año próximo más el 1,5% resultante de lo que el Ayuntamiento ha dejado de aplicar en los años anteriores por congelar los impuestos. Unidad Alavesa, tras dejar clara su discrepancia, votó a favor de su compañero de gobierno.

Otra de las concesiones del PP a los socialistas se refirió a la tasa municipal por la retirada de vehículos. A propuesta del PSE, la grúa mantendrá su precio actual, de 9.900 pesetas por cada servicio.

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El respaldo de los populares a todas las exigencias del PSE se interpretó desde el resto de la oposición como una generalización del pacto ya alcanzado entre ambos partidos en materia de vivienda. "Me ha dado la sensación de escuchar a un tercer grupo que entra en el equipo de gobierno más que a un partido de la oposición", criticó la portavoz nacionalista, Arantza Zenarruzabeitia.

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