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Daniel Barenboim pide a España que se esfuerce en potenciar sus orquestas

El pianista ofrece un recital y actúa como solista con la Sinfónica de Barcelona

Daniel Barenboim conoce muy bien España, donde lleva ofreciendo recitales como pianista y dirigiendo conciertos desde hace 40 años. Ha visto cómo en la última década se han creado nuevos auditorios, pero en 1997 descubrió que también hay buenas orquestas. Mañana, el sábado y el domingo actuará como solista con la Sinfónica de Barcelona en el nuevo auditorio de la capital catalana y hoy ofrecerá un recital en el Palau de la Música. "España debe hacer un esfuerzo para potenciar sus orquestas porque el talento no falta, pero escasea la educación", dijo ayer.

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"En España se han podido escuchar las más grandes orquestas del mundo. Hace 20 o 25 años nadie podía pretender que los conjuntos sinfónicos españoles tuvieran la calidad de los que tocaban en este país como invitados; las razones eran económicas e ideológicas, porque muchos músicos se marchaban porque estaban en contra del régimen franquista. Pero hace dos años puede comprobar en el concierto que ofrecí en el festival alemán de Bad Kissingen con la Sinfónica de Barcelona que era una buena orquesta. No he tenido tiempo de escuchar más conjuntos españoles, pero este país, que ha demostrado tener tanta energía para crear tantos nuevos y magníficos auditorios, debe ahora esforzarse en poner dinero para programar adecuadamente esas salas de conciertos y apoyar y promocionar a sus propias orquestas", dijo ayer Barenboim en Barcelona en la presentación del recital y los tres conciertos que ofrecerá a partir de hoy.El músico, que aseguró que no tiene previsto dirigir a ningún conjunto sinfónico español -"porque no dirijo más que a las orquestas de las que soy titular y en el Festival de Bayreuth; no tengo tiempo para más hasta que inventen el mes número 13", se justificó-, se convertirá en el auténtico protagonista del concierto en el que este fin de semana el estadounidense Lawrence Foster dirigirá a la Sinfónica de Barcelona, de la que es titular desde 1995. Barenboim interpretará en la primera parte el Concierto para piano y orquesta, opus 42, de Schönberg, y el Concierto para piano y orquesta número 5, de Beethoven, en la segunda. Schönberg y Beethoven son también, junto al primer cuarderno de Iberia de Albéniz, los compositores elegidos por el pianista en el recital que ofrecerá esta noche en el Palau de la Música Catalana incluido en el ciclo Palau 100.

Schönberg, fundamental

"Las obras de Schönberg no tienen el ángulo pianístico habitual de la música para piano, más bien parece un accidente que hayan sido escritas para este instrumento. Pero ahora, a finales del siglo XX, y mirando atrás, podemos diferenciar como en el pasado quiénes han sido los grandes músicos de este siglo y los que han sido fundamentales para la historia de la música. Schönberg es junto a Debussy un compositor fundamental de este siglo XX", aseguró.Barenboim se lamentó del nulo caso que sus colegas pianistas, excepto Alicia de Larrocha y el malogrado Esteban Sánchez, hacen de la música española. "Iberia es una obra magistral, una de las columnas vertebrales de la historia de la música para piano junto a El arte de la fuga o el Clave bien temperado, de Bach; las sonatas de Beethoven, las obras de Schubert, Schumann, Chopin y Debussy. Gente tan importante en el siglo XX como Olivier Messiaen enseñaron en sus clases las piezas que integran Iberia. Yo me he interesado tardíamente por esta obra y estoy disfrutando mucho con ella, pero no sé si llegaré nunca a tocar todas sus piezas".

Hombre que vive por y para la música, el interés de Barenboim, sin embargo, se extiende a muchos otros temas. Con el fin de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, asegura que hoy sólo ve "dos grandes enemigos de la humanidad: la ignorancia y la pobreza". "No sólo existe una gran ignorancia de lo que es el mundo de la música, sino de todo lo demás. El mundo está lleno de talento, pero falta educación y a menos educación, menos público, y como consecuencia de ello la cultura se encarece y la gente se queja de que la cultura se convierte en un artículo de lujo. Los gobiernos deben concentrar sus esfuerzos en ofrecer una buena educación en las escuelas, porque la actual carencia de ella tendrá serias repercusiones en los próximos 20 o 30 años".

A juicio de Barenboim, Internet es un avance cultural con respecto a la televisión. "He podido comprobar cómo mis hijos han pasado de permanecer embobados delante del televisor a tener una actitud despierta cuando se conectan a Internet. Esto no va a solucionar el problema, pero al menos consigue despertar la curiosidad de la gente por las cosas, y ya es un primer paso positivo".

Sobre el futuro de la música clásica, Barenboim se definió como "un pesimista intelectual" y como "un optimista emocional": "El pesimismo intelectual me obliga a buscar constantemente los fallos, pero gracias a mi parte de optimista emocional consigo superar lo que el pesimismo me aporta".

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