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Entrevista:

BARTOMEU MELIÀ ASESOR DEL GOBIERNO DE PARAGUAY "Los parlamentarios sólo hablan en guaraní cuando se calientan"

Bartomeu Melià (Palma de Mallorca, 1932) es uno de los principales defensores del guaraní y de que su condición de lengua oficial junto con el español en Paraguay sea efectiva de hecho, después de que la Constitución de 1992, la primera americana, igualara ambos idiomas. Melià, que también es asesor educativo del Gobierno de Paraguay, estuvo el miércoles en el campus de Vitoria de la UPV para contrastar las experiencias de bilingüísmo paraguayo con las que se llevan a cabo en el País Vasco en el campo de la enseñanza.Pregunta. ¿Qué posibilidad tiene de estudiar en su lengua ese 37% de los cerca de cinco millones de habitantes de Paraguay que son monolingües guaranís?

Respuesta. Teóricamente, en la Primaria, que dura nueve años, la enseñanza tiene dos modalidades: para los guaranihablantes y para los castellanoparlantes; en la Secundaria, el guaraní se presenta como una asignatura más; y en la enseñanza superior, sólo existe en los estudios específicos de esa lengua.

P. ¿Y en la práctica?

R. La enseñanza en guaraní se encuentra con dos grandes inconvenientes. Por un lado, la masiva introducción de neologismos, con lo que se ha creado una lengua "escolar" que ni siquiera respeta la índole de la lengua. La entrada al guaraní de la escuela es algo así como entrada a los infiernos de la Divina Comedia

los que entran que dejen toda esperanza de encontrar el guaraní familiar. Pero, además, está el hecho de que no se impulsa la enseñanza en la lengua materna en aquellos departamentos donde los monolingües guaranís alcanzan el 75% y los castellanos sólo son el 2% [el resto son bilingües]. En estos departamentos todavía la enseñanza es exclusivamente en español.P. En otros ámbitos, ¿cuál es la presencia del guaraní? Por ejemplo, en el Parlamento.

R. La mayor parte de los parlamentarios habla guaraní coloquial, pero sólo lo utilizan cuando los debates se ponen calientes; en las exposiciones y discursos hablan en castellano.

P. ¿Y en la Justicia?

R. Este es uno de los ámbitos donde el guaraní está peor considerado: los jueces no se han querido rebajar a hablar en guaraní, aunque sí acceden a realizar interrogatorios en guaraní sin traductor.

P. ¿Y en la Administración y la señalización pública?

R. Los documentos oficiales se realizan, de momento, sólo en castellano, aunque la Constitución de 1992, por motivos obvios, tuvo que ser traducida al guaraní. En cuanto a los carteles indicativos, el guaraní tiene el problema de que es una lengua que utiliza muy poco los sustantivos, las nominalizaciones; dominan las formas verbales, lo que dificulta encontrar una expresión en una palabra, lo que en castellano es lo normal. Así, por ejemplo, para decir que un comercio está abierto, se ha optado por sugerir "entre, por favor"; para decir "bienvenido", sería "le saludamos cordialmente" o "llegue en buena hora".

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