El proyecto de las térmicas de Castejón "calienta" el debate energético en Navarra

El futuro energético de Navarra sigue creando polémica. El Parlamento foral ha finalizado las rondas informativas sobre la próxima implantación en el sur de la comunidad, junto al Ebro, de dos centrales térmicas de ciclo combinado impulsadas por Iberdrola e Hidrocantábrico sin que se haya alcanzado un consenso sobre las afecciones medioambientales de ambos proyectos. Partidos, grupos ecologistas y las compañías eléctricas discrepan, asimismo, sobre el cumplimiento de los objetivos del Plan Energético de Navarra.En los últimos años Navarra ha vendido una imagen de liderazgo en el desarrollo de fuentes de energía renovables, cuyo icono más conocido es el enjambre de parques eólicos que cubren buena parte de su geografía y que ha permitido un importante grado de autoabastecimiento con energías limpias. Sin embargo, los proyectos de construcción de dos centrales de ciclo combinado mediante combustión de gas y vapor térmico en la localidad de Castejón empañan ese camino, según han denunciado ante el Parlamento navarro representantes de Ecologistas en Acción y Greenpeace.

El pasado mes de junio el Gobierno navarro declaró ambas centrales, con un presupuesto conjunto de 58.000 millones de pesetas, como proyectos de incidencia supramunicipal y solicitó a sus promotores la adopción de abundantes medidas protectoras. Al mismo tiempo, las asociaciones ecologistas, que recogen firmas contra ambos proyectos, han pedido al Ejecutivo de UPN que la declaración de impacto ambiental sea negativa. "Tendrán una capacidad de emisión de cerca de cuatro millones de toneladas año de dióxido de carbono, con lo que el vuelco que Navarra dará a su realidad energética será total, pasando de evitar la emisión de un millón de toneladas anuales de CO2 por sus avances en renovables, a contaminar de nuevo de forma desaforada", denunció ante el legislativo navarro José Luis García Ortega, responsable de las campañas de cambio climático de Greenpeace.

Opiniones encontradas

Curiosamente, mientras el Ayuntamiento de Castejón, gobernado por los socialistas, apoya el proyecto por los puestos de trabajo que generaría (70 directos y 140 indirectos), el de Tudela, gobernado por UPN, coincide con los ecologistas en sus alegaciones, al estimar que el funcionamiento de estas centrales "no permitiría que se cumplan los compromisos del Protocolo de Kioto". De hecho, la potencia inicial de las centrales de Castejón, 400 megavatios, equivaldrá al consumo anual existente en toda Navarra, y ello en un mercado nacional que tiene ya un excedente energético del 47%. Las acusaciones son rechazadas por las empresas promotoras, que resaltan los beneficios del empleo de gas frente al carbón en las futuras instalaciones. El Gobierno apoya la iniciativa por su "interés público" y "utilidad social", pese a reconocer que tiene efectos medioambientales.

Las paradojas políticas que provoca este debate hacen que, por ejemplo, Euskal Herritarrok haya señalado que aceptaría la ubicación de ambos proyectos, siempre que se concretase a qué centrales van a sustituir y qué reducción de emisiones van a conseguir, un argumento esgrimido también por IU-EB y CDN. Los socialistas apoyan los proyectos y EA-PNV los rechaza.