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ón El acalde de Girona defiende la redada de los Mossos en la Font de la Pólvora

El alcalde de Girona, el socialista Joaquim Nadal, defendió ayer la espectacular redada que 70 agentes de los Mossos d"Esquadra realizaron durante la tarde y la noche del pasado domingo en el barrio marginal de la Font de la Pólvora, en una operación contra el narcotráfico y el robo de vehículos. Nadal, no obstante, precisó que actuaciones como la del domingo contra el tráfico de droga y contra la delincuencia "no resolverán todos los conflictos del barrio, que también se repiten en otras zonas de la ciudad".

Nadal aseguró que la operación policial "se produjo ante las quejas de los vecinos de Font de la Pólvora, alertados por la presencia de coches" desde donde, supuestamente, se distribuían estupefacientes por el barrio, uno de los más pobres y conflictivos de la ciudad. Algunos vecinos, no obstante, se quejaron del aparatoso despliegue policial y protestaron por considerar que una acción así contribuye a reforzar la mala imagen del barrio. El alcalde quiso dejar claro que la operación no tuvo su origen en un intento de acallar el alud de críticas que ha recibido la policía autonómica por la muerte de un joven en Maçanet de la Selva, la semana pasada, en una oscura pelea por tráfico de estupefacientes. Nadal explicó que conocía los preparativos de la redada desde hacía un mes: "Cuando se me informó, no había ningún problema con los Mossos de Girona ni se había producido lo de Maçanet".

Los 15 detenidos en la operación, todos mayores de edad, pasarán hoy a disposición judicial. Durante todo el día de ayer fueron interrogados en las dependencias de la comisaría de la policía autonómica de Girona.

Desencadenante

La operación, que en todo momento contó con la autorización y supervisión del juez y del fiscal, arranca de investigaciones de los Mossos que se iniciaron hace meses, pero el desencadenante de la redada fueron las pruebas obtenidas por los agentes de que algunas familias de narcotraficantes utilizaban a sus menores -niños de entre 6 y 14 años- para realizar los intercambios con los drogadictos a la luz del día y en plena calle. Esta circunstancia fue la que levantó quejas entre los vecinos que no tienen el nacotráfico entre sus actividades.

El objetivo oficial de la redada era localizar y detener a vecinos de la Font de la Pólvora supuestamente vinculados con el tráfico de drogas, el robo de vehículos y la receptación (comprar o aceptar objetos como pago de algo a sabiendas de que son robados). El objetivo extraoficial era dar un escarmiento y cortar de raíz la práctica de utilizar a menores de edad en el tráfico de droga al detalle.

Durante la redada no se registraron casos de violencia. Los detenidos se entregaron sin oponer resistencia y los vecinos contemplaron la operación desde sus casas y desde la calle sin oponerse a los policías, que temían algún tipo de reacción; por ello, justificó un portavoz, intervinieron tantos agentes.

La Font de la Pólvora es un barrio de baja renta y con numerosas familias en situación marginal, que se ha convertido en un foco de distribución de estupefacientes, como muchos otros barrios de características similares, a los que acuden los drogadictos en busca de provisiones, fundamentalmente heroína.

Esta actividad, si se realiza dentro de unos márgenes de discreción, es relativamente tolerada por las autoridades y por la policía porque, una vez creado el gravísimo problema de la drogadicción, sería peor el remedio -cerrar un barrio para impedir el acceso de los drogadictos, - que la enfermedad -la venta de los narcóticos-. Las autoridades son conscientes de que los drogadictos son enfermos con una fortísima dependencia y que privarles de la droga empeoraría su situación y no resolvería el problema.

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