IDOIA ZENARRUZABEITIA
Defensora a ultranza del acuerdo parlamentario con Euskal Herritarrok como la única vía para "normalizar" Euskadi, la "vicelehendakari", Idoia Zenarruzabeitia, está convencida de que su proyecto de Presupuestos para el año 2000 va a salir adelante. Pese a apoyarse sólo en los partidos nacionalistas, insiste en que la acción del Gobierno no tiene color político
Ocupa el mismo despacho que su antecesor, el hoy lehendakari, Juan José Ibarretxe, y sólo si uno es observador se pueden apreciar los cambios. Los mismos cuadros en distintas paredes, menos cachivaches sobre las estanterías y jarrones con flores en todos los rincones. Idoia Zenarruzabeitia, vicelehendakari, a sus cuarenta años viaja a diario desde "su pueblo", Usansolo (Vizcaya), hasta Vitoria, la ciudad donde marchó a estudiar a los ocho años. Entre sus objetivos destaca que "los vascos y las vascas" piensen menos en la brecha entre nacionalistas y no nacionalistas y más en los problemas cotidianos.Pregunta. ¿No le parece que hay dos Euskadis: una virtual, la de los políticos y sus diferencias, y otra real?
Respuesta. Los políticos estamos metidos en un debate virtual, hablando de cosas que a veces interesan a la gente, pero, sobre todo, magnificando algunos temas que pueden preocupar a los ciudadanos. Todos tenemos nuestro entorno social que nada tiene que ver con el de la política y lo que yo veo en el mío es que a la gente le preocupan los problemas cotidianos. Por otro lado, veo ilusión en el proceso de paz en el que estamos inmersos desde hace más de un año, gente que opina de diferente manera y dice que hay que aparcar las diferencias para llegar a acuerdos. Y creo que el entorno social en el que me muevo no es muy diferente al de Euskadi.
P. ¿Y por qué no se terminan de aparcar las diferencias, por qué al final se sigue trabajando en dos bloques: nacionalista y no nacionalista?
R. A veces priman las estrategias políticas. Estamos en un año difícil, con dos contiendas electorales. A veces no es tanto lo que se juega en Euskadi como lo que se juega en otros territorios. Euskadi es un auténtico banco de pruebas.
P. Las encuestas que periódicamente realiza el Gobierno entre la población siempre arrojan los mismos resultados: lo que le preocupa a los ciudadanos es el paro, la educación, y no la política. ¿Tan difícil es satisfacer esa demanda?
R. Eso es lo que digo yo. Lo que la gente pide a un Ejecutivo es que coadyuve a la propia actuación de los diferentes sectores de la sociedad para generar bienestar y para redistribuir el empleo y la riqueza de una manera equitativa entre todos.
P. Si se intenta llevar una acción de gobierno en ese sentido, ¿por qué se termina por hablar de otros temas?
R. Sí, es cierto. Estamos haciendo política de salón y no la verdadera política que tendría que hacerse en este país. Algunos lo intentamos desde nuestras responsabilidades.
P. Tras veinte años de Estatuto se ha alcanzado una cota de bienestar muy importante. ¿No se corre el peligro de quebrar ese bienestar adentrándose en reivindicaciones soberanistas?
R. Lo que corremos es el peligro de perder instituciones de autogobierno e instrumentos de autogobierno muy importantes, como el Concierto, si el Gobierno central sigue haciendo una lectura plana del mismo. La sociedad está a gusto con la calidad de vida que existe, pero la sociedad también percibe que hay algunas cosas que corren peligro. Tiene virtualidades y potencialidades mucho mayores que la letra impresa y la lectura plana que del mismo se ha hecho y se hace. Es cierto que sin Estatuto no tendríamos las instituciones de autogobierno que tenemos, pero hay otra serie de cuestiones políticamente importantes como el reconocimiento de una nacionalidad o la Disposición Adicional del propio Estatuto que no se tienen en cuenta para nada. Además, no sólo se ha hecho una lectura plana, sino que Madrid ha echado por tierra acuerdos democráticos de instituciones de autogobierno, como la Cámara vasca, empleando mecanismos privilegiados, como los recursos ante el Constitucional. Lo que se está devaluando son las instituciones de autogobierno.
P. ¿No es lamentable que el Gobierno, después de que el PNV fuera uno de los partidos claves en la elaboración del Estatuto, no celebre su aniversario?
R. ¿Celebrar qué? El veinte aniversario del Estatuto lo hemos celebrado trabajando para que se desarrolle, para que se preserve, para que se reconozca lo que el Estatuto era. Lo que el Gobierno no está dispuesto es a celebrar la defensa del incumplimiento del Estatuto.
P. ¿Hasta dónde quiere llegar el Gobierno?
R. Han pasado veinte años, han cambiado mucho las cosas. Hace veinte años nadie contemplaba la realidad europea. Nuestras competencias se mueven en un entorno globalizado. Es necesario que el autogobierno se actualice, tanto en el modelo de relaciones con el Estado como con las instancias comunitarias. Si el Concierto está como está es porque cuando se ideó y se pactó el ámbito de relación no contemplaba el ámbito comunitario.
P. ¿Cuándo el Gobierno pacta con EH, no es lógico que los otros partidos que han sufrido la violencia tengan miedo de superar el marco estatutario?
R. Tampoco hay que tener miedo a los cambios. Siempre suelen surgir resistencias, pero también hay que tener la madurez suficiente como para intentar dialogar y hacer las cosas juntos.
P. Sobre los Presupuestos del año 2000 se ha oído en la oposición y los sindicatos que hay mucho dinero y pocas ideas.
R. Sólo hemos presentado las grandes cifras. Me molesta que se hable sin conocimiento de causa, sin ver el detalle de las cifras, a qué políticas están destinadas. Cuando lleguen las cuentas al Parlamento y se vea dónde se dirige el gasto admitiré todo tipo de críticas, porque son sanas. No es justo que gratuitamente se critique al albur de unas grandes cifras y sin comparar la trayectoria de esta comunidad en años muy difíciles donde ha habido que desarrollar políticas sociales en detrimento de la inversión. El presupuesto del 2000 es la primera vez en que se puede compaginar una política de gasto social, que crece, con una de inversión pública que también crece.
P. ¿El trabajo va a verse premiado en el Parlamento con su aprobación?
R. Se aprobó en el Gobierno con la convicción de que va a salir adelante en el Parlamento Tengo la certeza de que el Parlamento aprobará el presupuesto.
P. ¿Existe ya un principio de acuerdo con Euskal Herritarrok?
R. Hay un acuerdo de bases parlamentarias. El Gobierno va a cumplir el acuerdo parlamentario con EH, que dice lo que dice.
P. ¿Cómo lleva el Gobierno la violencia callejera, les genera tensión?
R. No es cómodo. Hay que profundizar en el acuerdo con EH para llegar a la normalización.
P. Si todo fuera mal y EH no apoya el presupuesto, ¿habría otra prórroga presupuestaria?
R. Las cosas a su tiempo. Insisto, tengo la convicción de que saldrá aprobado en el Parlamento.
P. El pasado jueves, la Diputación de Guipúzcoa se desmarcó con el anuncio de subida de las pensiones no contributivas. ¿No peligra la vertebración del país, y más aún teniendo en cuenta que Álava está en manos del Partido Popular?
R. ¿Por qué?
P. El diputado de Hacienda de Álava ha dicho que es ir contra el pacto de Toledo.
R. Estamos hablando de una materia que afecta a las áreas de bienestar social de las diputaciones. Éste puede ser un debate, pero también ha habido otros debates anteriores entre diputaciones y ayuntamientos. Por ejemplo, el nivel de bienestar social y asistencial que existe en Vitoria o en Bilbao. Sí creo que es conveniente hablar entre las diputaciones sobre los niveles asistenciales y sobre cómo se coordinan determinadas políticas.
P. Pero las pensiones son un campo especialmente sensible. ¿No teme que cada provincia pueda empezar a ir por libre?
R. Pueden tener sus procesos de ajustes o desajustes, pero se trata de algo que siempre es reconducible si se discute con normalidad. Estas cosas no me suelen dar miedo normalmente.
P. Hay un tema en el que no se van a poner de acuerdo y está en su programa: la fusión de las cajas.
R. En nuestro programa de gobierno nos comprometemos a impulsar el logro de acuerdos. Pero los actores son las cajas.
P. Pero las cajas de ahorro tienen en sus consejos una carga política.
R. Es una cuestión de cajas.
P. Hay una frase del lehendakari que dice: "Los vascos serán lo que quieran ser". Y siempre queda una duda...
R. Los vascos y las vascas
P. Bueno, los vascos y las vascas. Siempre queda la duda de cuántos. ¿La mitad más uno?
R. Todos y todas.
P. ¿Pero hasta dónde?
R. Hasta donde seamos capaces de llegar todos a acuerdos.
P. ¿Y todo el mundo está dispuesto?
R. El Gobierno sí.
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