El consejero de Sanidad niega que influyera en la venta de la funeraria

El consejero de Sanidad de Madrid, José Ignacio Echániz (PP), testificó ayer ante el juez que instruye el caso Funeraria. Proclamó que fue un asesor mudo en las reuniones que condujeron a la venta del 49% de la funeraria, a las que asistió en calidad de secretario de quien era su jefe, el edil Simón Viñals. Echániz aclaró que fue designado por el PP para que ocupara un puesto de consejero en nombre de Funespaña. Reiterada su inocencia, evitó a los periodistas.

Por una puerta lateral de la sala de vistas del Tribunal Superior de Justicia de Madrid alcanzó el consejero de Sanidad el garaje. De allí partió veloz su coche oficial, mientras él sepultaba su rostro tras un diario. Así evitó a los medios de comunicación tras comparecer dos horas ante el juez José Luis Quesada y el fiscal Anticorrupción Jorge Crespo. Este último le acusa de "negociaciones prohibidas a funcionario", pues participó como consejero técnico en la comisión del 15 de diciembre de 1992 mientras que posteriormente se reveló "sus intereses económicos y empresariales en Funespaña", que le nombró uno de sus representantes en el consejo de administración, según la fiscalía.Su abogado, Joaquín Rodríguez de Miguel, se explicó ante los periodistas. "La declaración de Echániz ha sido más la de un testigo que la de un imputado. Ha hecho más referencias a hechos de otros que a hechos suyos. Por su parte, ha dejado claro que nunca tuvo intereses en Funespaña, que no influyó en lo más mínimo para que la adjudicación se hiciera a Funespaña; tercero, que no se ha enriquecido en absoluto con este asunto, como se desprende de los dos puntos anteriores. Y que él tiene la sospecha legítima de que si está incluido en esta querella es más por una cuestión política que puramente jurídica. Todos sabemos que las elecciones generales son en marzo".

-¿Esa sospecha la ha planteado ante el juez? -le preguntaron los periodistas.

-No, ante un juez no se dicen esas cosas. No sería procedente, aunque podría haberlo dicho.

Así explicó este letrado el papel desempeñado por su cliente en la privatización: "Intervención activa no tuvo ninguna. Acompañaba al señor Viñals en algunas ocasiones, pero intervención activa, ninguna". Preguntado sobre si entre tales reuniones figuran las de la privatización, este abogado respondió: "En las reuniones a las que iba, aunque estuviera presente, él no intervenía. Jamás hizo un informe ni influyó o colaboró en ningún informe decisivo. No aportó ni un grano de arena para que se realizara la adjudicación a Funespaña. Estar presente en una reunión es distinto de participar. Ni opinó ni asesoró sobre este asunto. Estar presente, sí, pero en su condición de asistente o consejero de Viñals, pero él, participación activa con emisión de opiniones, ninguna".

Tranquilo y seguro

Aseguró que Echániz acudió ante el instructor con el "ánimo de contar todo lo que sabe, que no es mucho". Su cliente respiraba "tranquilidad y seguridad porque sabe lo que ha hecho y está seguro de que nunca ha hecho nada malo". Rodríguez de Miguel remachó que su cliente dejó claro que sus percepciones en Funespaña fueron idénticas a las de los demás consejeros.

"Fue consejero, pero designado por el Ayuntamiento, materialmente, aunque formalmente fue designado por Funespaña. Se pactó que tres de los consejeros que correspondían a Funespaña en el consejo los eligiera el Ayuntamiento con la finalidad de que también participaran otros grupos. Estuvo en ese puesto desde 1993 hasta 1996, cuando fue elegido diputado por el Congreso. Cobraba lo mismo que los del PSOE y los de IU". "El fiscal", añadió, "no ha concretado a qué se refería cuando dice que incurrió en una negociación indebida a funcionarios. No ha hecho ninguna pregunta de la que pudiera inferirse que tenía datos que le permitan afirmar eso. Echániz no se ha lucrado con la privatización".