Los conservadores de Teherán tratan de ganar las legislativas ante los tribunales

Los consevadores iraníes han decidido llevar la batalla electoral a los tribunales, donde cuentan con mayores apoyos que en la calle. Así interpretan analistas locales y extranjeros el juicio, que ayer se postpuso hasta el sábado, contra Abdolá Nurí, el previsible cabeza de cartel de las filas reformistas en los comicios legislativos de febrero. Nurí, ex ministro del Interior y uno de los principales apoyos del presidente Mohamed Jatamí, está acusado de "ofensa a Jomeini y al islam". Si es declarado culpable, no podrá ser candidato."Nadie, no importa lo poderoso que sea, puede frenar el libre flujo de ideas", se lamentó Nurí la semana pasada, en su primera comparecencia tras conocerse la acusación a la que se enfrenta en su calidad de director del diario reformista Jordad. Una eventual condena truncaría su carrera política, objetivo último de los conservadores, según sus partidarios.

"Esta citación es ilegal y política. No sólo se quiere eliminar el diario Jordad, sino también apartar a Nurí de la carrera a las legislativas", dijo el ministro de Cultura, Ataolá Mojayeraní.

La lucha por el poder que libran conservadores y reformistas iraníes tiene una cita clave en las legislativas. Desde su triunfo electoralen 1997, Jatamí ha chocado con el control por parte de los conservadores de los aparatos de represión del Estado, la radiotelevisión y los poderes judicial y legislativo. Si no logra una Asamblea favorable, seguirá atado de pies y manos para llevar adelante las reformas prometidas. De ahí la necesidad de una figura que, como Nurí, sirva de tirón ante las urnas. A sus 51 años, este clérigo bajito y de hablar franco ha demostrado su poder de atracción al ser el candidato más votado en las municipales.